28

521 89 14
                                    

Emilio iba sobando su brazo luego de que Joaquín se lo haya golpeado por el vergonzoso momento que le hizo pasar le había dicho al alfa que sin marcas y era lo primero que le hacía, Emilio no había hablado por todo el camino a la clínica pues su omega se lo había prohibido y sabía que si decía una palabra lo más probable era que durmiera con su hija.

—Cariño. —hablo el alfa.

—No me hables Osorio. —dijo serio él omega.

—No te enojes. —susurro el alfa.

—¿Que no me enoje? —lo vio molesto. —me dejaste un puto chupón en el cuello y quieres que no me enoje.

—La cita es en unos minutos. —hablo el alfa. —debemos de apurarnos.

—Ahora cambias de tema. —dijo el omega. —Emilio.

—No hay nada de qué hablar ya me quedó claro. —siguio su camino a la clínica.

Joaquín lo siguió y ambos se sentaron juntos Emilio miraba su celular y el unas revistas, miro de reojo al alfa el cual parecía no notar o si lo hacía lo ignoraba.

—El que debe de estar molesto soy yo no tu. —le dijo y el pálido lo vio.

—Si no querías el chupón me pudiste haber detenido cuando te lo estaba haciendo. —lo vio. —y sabes que no quiero pelear aquí y menos por tu estado.

—Yo no dije eso. —suspiro.

—Te molestaste por eso. —hablo. —ya me quedo claro.

—Emilio. —susurro. —Siento que por cada cosa que hago tú te molestas. —lo vio el alfa. —siento como si ya no desearas estar conmigo y solo esperas el momento adecuado para dejarme.

—Si tenemos peleas pero sabes que son absurdas. —dijo Joaquín.

—Joaquín si esto sigue así lo mejor sería divorciarnos. —hablo el alfa. —te amo demasiado pero a veces siento que tú no.

Los ojos de Joaquín se llenaron de lágrimas miro al pálido él cual también estaba de la misma manera si se molestaba por algunas cosas, pero no se había puesto a pensar que estaba hiriendo a su alfa.

El vio cómo su alfa apartaba la mirada de él, cerro los ojos y tomo una de las manos del alfa para llevarla a su corazón Emilio ante la acción del omega lo miro Joaquín también lo hacía.

—Tengo miedo. —dijo. —de no llegar a ser suficiente y que me dejes por alguien más. —su primera lágrima resbaló por su mejilla. —ya vi que si nos separamos tu fácilmente podrás conseguir a alguien más sin embargo yo me quedaría solo

¡Osorio Quiero Otra Niña!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora