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Ya estaban en el octavo mes y la emoción no faltaba, ambos estaban nerviosos y a la vez un poco preocupados pues Joaquin iba a dar a luz siendo humano. Las cunas para los nuevos cachorros ya estaban instaladas en la habitación junto con los gemelos los cuales parecía que sentían la emoción de sus padres.

—Papás. —dijo el mayor de los Osorio.

—¿Qué ocurre Jae? —preguntó Joaquin.

—Ya tengo el nombre de mi lobo. —respondió.

—¿Así? —dijo Emilio. —¿Cómo se llama? —pregunto.

—Se llama Agust. —respondió emocionado. —¿Qué les parece?

—Es un hermoso nombre hijo. —sonrió Joaquin.

—Yo a mi loba le pondré princesa arcoíris. —dijo la pequeña con emoción.

—Cariño para saber que serás faltan cuatro años. —habló Emilio mientras la limpiaba con una servilleta. —además ambos deben de estar de acuerdo.

—Si cariño. —río Joaquin. —pero princesa arcoíris no es un mal nombre.

—¿Cómo decidieron ustedes los nombres para sus lobos? —preguntó Jaehyun.

—A mí mi lobo me lo dijo. —hablo Joaquin. —él es un poco tímido.

—Yo pues solo se me ocurrió y parece que le gustó porque no protesto. —miró a su omega. —yo no diría tímido.

Los niños se rieron al escuchar un quejido por parte de su padre, Joaquin sonrió mientras seguía comiendo y Emilio se sobaba su pierna debido a que Joaquin le había dado una fuerte patada. Al terminar de comer toda la familia estaba en el jardín disfrutando de la mañana los cuatro hijos estaban riéndose de algunas caras que el alfa les hacía mientras que Joaquin los miraba.

—Mis hermanos están felices. —dijo la pequeña mientras tocaba el vientre de su padre.

La pareja de adultos se vio y sonrió para ver a su hija ya sabían lo que la pequeña iba a ser, una omega receptiva lo supieron desde qué tuvieron la pelea y la pequeña cayó enferma, Emilio cargo a la pequeña mientras le hacía cosquillas para sacarles unas cuantas risas. Siguieron disfrutando toda la mañana y toda la tarde en familia con algunos cortos juegos para disfrutar el momento que iban a recordar siempre también hubo momentos en los cuales Suga salió para ver a la manada y aunque Chimmy deseaba salir para estar con su alfa no podía, pues la transformación podría poner en riesgo tanto a su humano como a sus cachorros, así que solo se limitaba a estar presente en el lazo formado por ambos.

—Eres muy peludo. —sonrió la pequeña mientras tomaba las orejas de su padre.

Joaquin sonrió al ver al lobo lamer a la pequeña la cual se rio su hijo se sentó a la par de él y recostó su cabeza en el hombro de su padre el cual le acarició la mejilla.

—Chimmy es más bonito. —dijo y Joaquin río.

—Si tienes razón. —habló Joaquin con una sonrisa.

¡Osorio Quiero Otra Niña!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora