¡Osorio Quiero Otra Niña!

23

Joaquín preparaba a sus hijos para poder ir al día de campo y estaba muy feliz de pasar tiempo con su familia al terminar con ayuda de su esposo cargo a ambos bebés y los sentaron en las sillas especiales, sus otros dos hijos entraron.

—¿Hoy no habrá pelea? —pregunto su hijo mayor. —porque la última vez nos regresamos.

—Tranquilo Jae tu padre y yo hemos arreglado nuestro malentendido. —sonrió Emilio.

—¿A dónde iremos papi? —pregunto la pequeña mientras abrazaba a su peluche de conejo.

—Iremos a donde su padre y yo tuvimos nuestra primera cita oficial como pareja. —respondio el omega.

—¿Quiere decir que ya habían salido sin ser pareja? —hablo su hijo.

—Nosotros fuimos amigos por un año. —dijo el alfa. —luego de que tu padre quería que ambos tuviéramos un hijo nos dimos cuenta que éramos destinados.

—Quiere decir que no lo sabían. —los vio el chico. —¿Como se sabe que alguien es tu destinado? —les pregunto.

—Es difícil de explicar hijo. —sonrió él alfa mientras miraba a su esposo manejar. —es algo mágico y hermoso.

—Sentiras como tu lobo se emociona dentro de ti. —sonrió el omega. —¿Por cierto ya tiene nombre?

—¿Eso sintieron ustedes? —los vio. —yo aún no hablo con el. —miro sus manos.

—Si necesitas ayuda puedes decirnos. —hablo Emilio.

—Yo quiero ser omega para ser siempre la consentida. —dijo la pequeña con emoción.

—Cariño seas alfa, omega o beta serás nuestra princesa. —hablo Joaquín. —siempre serán nuestros consentidos.

La niña rió mientras miraba a su hermano hacerle caras graciosas, Joaquín y Emilio iban hablando mientras sus hijos se reían pero no tan alto para no despertar a los gemelos.

—Sabes ahora que recuerdo tu sueño se cumplió amor. —hablo Emilio.

—¿Cual sueño? —se detuvo un momento para cambiar de lugar.

—Ya sabes el de que tenías un hijo conmigo y vivíamos juntos comiendo arroz y atún. —respondio el alfa mientras le daba un corto beso en los labios.

—¿Aún lo recuerdas? —susurro.

—Recuerdo muchas cosas. —le sonrió.

Joaquín sonrió y se bajó del auto junto con el alfa para cambiar el puesto y que ahora el alfa manejara, los niños se habían quedado dormidos y Joaquín iba atrás mientras alimentaba a sus hijos.

—Te vez hermoso Joaquín. —dijo Emilio.

—Algo quieres. —sonrió.

—Solo quiero decirte algo bonito. —se detuvo el alfa al llegar al lugar. La pareja bajo primero mientras arreglaban el lugar para luego despertar a sus hijos y llevar las cosas todos disfrutaban del paseo Emilio y Joaquín se daban algunos besos mientras miraban a sus dos hijos jugar.

—Es lindo ver como nuestra familia crece. —hablo Joaquín.

—Lo se. —sonrio Emilio mientras lo abrazaba. —sabes cada vez que veo a Jae me siento viejo.

—Solo tienes treinta y cuatro. —hablo Joaquín. —aun estás Joven como yo que es posible que a mis treinta dos tenga a mi otro cachorro.

Emilio sonrió y le acarició el vientre mientras le daba otro beso mientras disfrutaban del hermoso paisaje