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Emilio tuvo que irse a la empresa por unos problemas, Joaquín se cambió de ropa y miro a su pequeña la cual jugaba, su hijo no estaba ya que estaba con una de sus hermanas y los gemelos los tenían sus padres ya que los habían llevado al doctor.

—Lía cariño. —dijo y la niña lo vio. —ven iremos a dar un paseo.

—¿Al parque? —pregunto.

—Asi es. —sonrió. —pero al volver papá no debe de saber.

La niña asintió y Joaquín la tomo de la mano bajo con cuidado y entro al auto junto con la pequeña miro al chófer y le dio las instrucciones que debía de seguir este asintió. Al llegar al parque bajo y camino con la pequeña la cual sonreía emociona al llegar a una banca se sentó y la niña se fue a jugar ante la mirada de su padre.

Joaquín sintió que alguien se sentó a la par de él por el aroma supo quien era, Joaquín en ningún momento vio al alfa solo miraba a su pequeña.

—Viniste. —hablo el omega.

—Dude un poco debido a la orden que tengo. —dijo el alfa. —veo que no está tu esposo contigo.

—El está ocupado. —hablo.

—Haces cosas a escondidas. —rió. —me sorprendes Bondoni o perdón ahora eres un Osorio.

—Debe de ser lamentable que no me hayas tenido. —lo vio por un momento. —sabes gracias a ti logré llegar a donde mi destinado estaba.

—¿Para que me llamaste? —pregunto el alfa.

—Alejate de mi y de mi familia. —respondio y el alfa soltó una carcajada.

—No me asustas omega. —rió.

—Debes de saber que si yo no te mato mi esposo lo hará. —hablo. —Emilio cuando se trata de mi o de nuestros hijos no dudará en hacer cualquier cosa por nosotros así que dejaré que te vayas y olvides que me conoces o me veré obligado a hacer que te envíen a la cárcel y te pudras en la cárcel.

El alfa se levantó y miro al omega este tenía un aura como la que aquel pálido alfa tenía sin duda alguna ambos eran una pareja destinada muy diferente a las otras ambos eran feroces y podía sentir parte del lobo del alfa en el omega el sonrió y se fue de ahí, Joaquín suspiro y acarició su vientre mientras veía como su pequeña se acercaba a él para abrazarlo.

—Debemos de ir ya a casa. —le arreglo las colitas que le había hecho en el cabello. —ya se arregló el asuntó.










Cuarto mes

¡Osorio Quiero Otra Niña!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora