30 Days with You | Bubbline ((+18)) [Completo]

[🥀] 𝘋𝘪́𝘢 𝘋𝘰𝘴 | Date.

✎ᝰ ❛ Cita ❜ ♡

      ㅡMentita, ¿no viste mi bolso? ㅡhabló la princesa, bucando entre sus cajones por un pequeño bolso púrpura.

      ㅡNo, princesa ㅡatendió, mirando todo el desorden en la habitaciónㅡ, ¿qué es tan importante, que debe dejar su cuarto así?

      ㅡEs la primera vez que saldré con Marceline ㅡse volteó, poniendo cabellos detrás de su orejaㅡ, quiero decir... fuera del reino, fuera de éstas paredes rosadas.

      ㅡ¿Y dónde irán? Si puedo saber...

La princesa examinó la mirada de su sirviente sobre ella, entrecerrando sus ojos mientras le lanzaba una de sus tantas miradas amenazadoras.

      ㅡEstá bien, está bien ㅡmurmuró, levantando los brazosㅡ... no me voy a entrometer.

      ㅡGracias ㅡse acomodó la camisa violácea que tenía sobre su cuerpo y salió a su balcónㅡ, ¡Viernes! ㅡllamó.

El fénix se detuvo sobre la pequeña pared del balcón, extendió su ala hacia la princesa y ésta escaló con suavidad hasta llegar a su espalda. Le dió un último vistazo a su reino y a su mayordomo especial, y salió despedida por los aires.

Viernes la dejó sobre un gran bosque lleno de árboles de roble y desapareció tan rápido cómo se sumergió en él. La princesa quedó atascada en uno de los árboles y se escondió entre las ramas cuando sintió a los pájaros mensajeros de Mentita seguirle el paso a su mascota.

Sabía que no podía confiar en ése rufian; cuando se trataba de Marceline, Mentita se volvía muy sobreprotector.

Una vez fuera de vista, bajó del roble y corrió por un pequeño prado (que ahora estaba deshabitado de flores) hasta llegar a la cueva más grande que encontró. Se metió dentro y caminó a zancasos por el agua, llegando pronto a la puerta de aquella casa que tan bien conocía.

Golpeó tres veces, luego dos más con su palma abierta, abrió la puerta y se adentró en la casa rápidamente. Dentro, la vampiresa le sonreía con sólo tres cosas sobre ella; su pantalón de pijama gris a cuadros negros, su sostén y una toalla con la que secaba su cabello.

La princesa exclamó la nada misma y se volteó contra la puerta, quedando frente a ella en un impulso de querer ocultarse.

      ㅡ¿Por qué tan asustada, princesa? ㅡmurmuró, detrás.

Marceline pasó una de sus manos por sobre su hombro y luego tiró la toalla al suelo, haciendo que la princesa mirara a un lado. Sus dos brazos se encontraban extendidos a sus lados, mientras que podía ver las manos de Marceline puestas en la puerta.

Sus uñas, algo mordisqueadas por los nervios, estaban mal pintadas de negro (algunas ya ni siquiera tenían pintura), y estaban algo mojadas.

      ㅡ¿No te enseñaron a tocar? ㅡmurmuró sobre su oído.

      ㅡ¡S-Sí toqué! Nuestro... toque secreto ㅡse excusó, sintiendo su respiración acelerarseㅡ, s-sólo que no pensé que saldrías de darte un baño.

      ㅡApenas son las siete, princesa. ¿No que la cita era a las ocho?

      ㅡFaltaban diez para las ocho ㅡrevisó rápidamente su reloj.

No, en realidad faltaban diez para las siete. En su emoción (o nerviosismo), la princesa había confundido las agujas de su propio reloj.

      ㅡBueno... ya que estás aquí ㅡlas vocales resonaban en sus oídos, sentía que iba a morirㅡ, ¿por qué no nos divertimos un rato, mh?~ ㅡsonrió, rozando levemente sus colmillos por la oreja de la princesa.

Bonnibell estaba a punto de desmayarse. Dejó salir un pequeño suspiro ahogado, lo más parecido a un gemido posible, y cuando la pelinegra obtuvo su diversión, se alejó de súbito y sonrió.

      ㅡ¡Bueno! Iré a buscar las cartas ㅡse hizo nuevamente de su toalla y se marchó.

La pelirosada se quedó con la nariz en la puerta y los ojos cerrados. Cuando volteó, se dió cuenta que estaba completamente sola y lo único que le acompañaba era el ruido de la cafetera terminando de hacer café en la cocina.

Oh, mierda. Bonnibell se las haría pagar.

[ september | day two | 23:18 PM | date ]