El shock por la pérdida de Ojoloco se cernió sobre la casa durante los días que siguieron. Sin embargo eso para mi fue opacado por una sorpresa mas grande cuando abrí mi equipaje para sacar el pijama y habia encontrado a Castiel, se habia inmiscuido entre mi ropa y se veía bastante mareado.
Inmediatamente comenzé a buscar en todos los lados hasta el último rincón que ni James, mi niffler o Presidente Besos se les hubiera ocurrido la misma idea, pero no, solo mi bowtruckle.
Lo había regañado tan severamente como pude porque en realidad no podia gritarle a esos ojitos, aún asi...Castiel estuvo conmigo cuando habia pisado por primera vez Hogwarts, desde que tenía memoría estaba conmigo, desde antes de conocer a mis mejores amigos. Se sentía correcto que me acompañara en esta última aventura de Horrocruxes.
La señora Weasley por mientras no paraba de separarnos y arrinconarnos a mi y mis amigos cada vez que podía. Y ahora que Harry y yo estábamos aquí, siendo que era la novia de él, la señora Weasley no paraba de interrogarme. Quería saber que debíamos buscar, cual era la misión de Dumbledore. Yo no le dije nada, a excepción de que Dumbledore lo había encomendado solo a Harry y que no nos iriamos al menos hasta que él cumpliera los 17. Ella no reparó en recriminarme de que yo seguía teniendo 16 pero le recorde la magia que habia empleado en George y que eso no estaba en el rastro. A la unica persona que le faltaba sonsacarle informacion era a Harry.
Y es que pronto paso la interrogación de mi cara rajada, poco después del almuerzo, la señora Weasley separó a mi novio de los demás pidiéndole ayuda para identificar un calcetín solitario que podía haber salido de su mochila. Sin embargo Harry le habia dicho lo mismo que nosotros. Que no podía hablar de ellos, que era un secreto y Dumbledores se lo había encomendado a él.
A partir de ese momento, la señora Weasley nos mantuvo tan ocupados con los preparativos de la boda que a penas podiamos hablar. La explicación más amable para su comportamiento habría sido que la señora Weasley quería distraernos y evitar que pensaramos en Ojoloco. Llevabamos dos días de no parar de limpiar cubertería, de favores de emparejar colores, cintas, y flores (con las cuales me pase jugando y haciendoles coronas de flores a todos), de desgnomizar el jardín y ayudar a la señora Weasley a preparar vastas cantidades de canapés. Todos los trabajos que encargaba me mantenian a mi y a mis amigos alejados el uno del otro, apenas habia tenido tiempo a solas con mi novio, algo que también parecía poner de mal humor a Harry. Lo maximo que habiamos estado juntos es ahora cuando nos rozamos las manos mientras poniamos los platos en la mesa para la cena.
—Tres días aqui pero siento que he hecho más cosas para ayudar que en mi casa— sonreí mientras ponía el otro plato en la cabeza de la mesa—. Pero bueno, decorar para una boda es muy divertido y bonito.
—¿Decorarías para tu boda?
—No veo por que no. Aunque todos los preparativos y la organización se lo dejaría a Hermione yo solo me aseguraría que todo se viera bonito en mi boda— me encogí de hombros.
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Laila Scamander Y Las Reliquias De La Muerte
Fanfiction#7 «A matar a Voldemort» Las cacerías han comenzado en el mundo mágico. Laila Scamander junto con sus amigos tienen que abandonar sus hogares para comenzar la casi imposible misión de encontrar y destruir los restantes Horrocruxes; el secreto del po...