Rápidamente saqué mi varita al igual que mi abuelo, yo entrelazando mi brazo con el de él, sentí las piernas pesadas.
Muchas personas se estaban dando cuenta ahora de que algo raro había ocurrido; algunas cabezas todavía se estaban volviendo hacia el gato plateado cuando desapareció. El silencio se extendió hacia fuera en frías ondas desde el lugar en que había aparecido el Patronus. Entonces alguien gritó.
Los invitados corrían en todas direcciones; muchos Desaparecían; los encantamientos protectores que había alrededor de la Madriguera se habían roto. Rápidamente fui hacia mi abuela Tina con mi abuelo Newt, escuchando que alguien me llamaba a gritos. Era Harry, pero tenía que asegurarme que mis abuelos se fueran. Mi abuela Tina no quería desaparecer pero los obligue a irse, Angelique los tomo a ambos de las manos y desaparecieron.
Sentí un vacío en mi corazón al verlos desaparecer, pero ellos iban a estar a salvo, esto era por su seguridad y protección. Yo era un peligro para ellos.
Todos se abrían paso a empujones hasta el otro lado de la pista de baile, Unas figuras enmascaradas salían de entre la multitud; luego vi a mi tío Remus y Tonks, con sus varitas levantadas, y ambos gritaban. Me vi envuelta en una estampida de gente que gritaba y corría. Fui hasta la voz que gritaba mi nombre desesperado; Harry. En ese momento un hechizo me paso rozando el hombro mientras podía divisar la túnica lila de Hermione, abriendo mi camino entre empujones y codazos, tratando de no ser tragada por la multitud.
—¡LAILA! ¡LAILA!
Por fin logré encontrar a mis amigos, los tres estaban tomados de la manos pero rehusados a desaparecer aún. Rápidamente fui hasta Harry que estaba más cerca de mi, él me tendió la mano y yo se le agarré. Sentí girar sobre mi misma, todo sonido e imagen desapareció en pura oscuridad, lo único que existía era la mano de Harry que me apretaba fuertemente. Desapareciendo, lejos de la Madriguera, lejos de los Mortífagos que descendían, lejos del caos que se había convertido la linda celebración. Mis abuelos habían desaparecido, pero todavía estaban mis amigos allí...
— ¿Dónde estamos? — dijo la voz de Ron. Abrí los ojos, había gente que pasaba a nuestro alrededor; muggles, no tenía ni la menor idea en donde estábamos.
— En Tottenham Court Road — jadeó Hermione— . Camina, simplemente camina, tenemos que encontrar un sitio para que se cambien.
Ninguno se opuso, Harry se sacó su chaqueta y me la puso en los hombros por el frio viento que corría en la oscuridad. Medio andabamos medio corriamos subiendo la amplia y oscura calle, atestada de trasnochadores y llena de tiendas cerradas, mientras las estrellas brillaban sobre nosotros como un grueso e infinito manto.
Un autobús de dos pisos rugió al pasar y un grupo de parroquianos alegres noa comieron con los ojos cuando pasaron; Harry y Ron todavía llevaban sus túnicas de etiqueta. Y yo con mi vestido en V sumamente escotado.
YOU ARE READING
Laila Scamander Y Las Reliquias De La Muerte
Fanfiction#7 «A matar a Voldemort» Las cacerías han comenzado en el mundo mágico. Laila Scamander junto con sus amigos tienen que abandonar sus hogares para comenzar la casi imposible misión de encontrar y destruir los restantes Horrocruxes; el secreto del po...