55: La batalla de Hogwarts

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El castillo dio una sacudida y el suelo debajo de nuestros pies tembló, gritos y alaridos y los inconfundibles sonidos de duelos llenaron el pasillo

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El castillo dio una sacudida y el suelo debajo de nuestros pies tembló, gritos y alaridos y los inconfundibles sonidos de duelos llenaron el pasillo. Fui hacia una ventana, para observar como los mortífagos habían entrado en Hogwarts y hace bastante rato al parecer. Fred y Percy acababan de aparecer a la vista, ambos peleando contra hombres enmascarados y con capuchas que solamente podían ser mortifagos. No dudamos en correr para ayudarlos, chorros de luz volaron en todas direcciones y el hombre que peleaba con Percy retrocedió con rapidez, entonces la capucha se deslizó y por un momento, tal vez era mi mente que estaba ansiosa de matar a Lefay, tenia la esperanza de que fuera él, pero no.

— ¡Hola, Ministro! —bramó Percy, lanzando una limpia maldición directamente hacia Thicknesse, que dejó caer la varita y se empezó a arañarse las ropas por delante, aparentemente con tremendo malestar, la verdad no sabia si sorprenderme o no que no se lanzaran a matar porque desde que habían anunciado que habría una batalla yo en mi mente tenia claro que lo único que haría era matar mortifagos—. ¿Le he mencionado que renuncio?

— ¡Bromeas, Perce! —gritó Fred cuando el mortífago con el que estaba luchando se derrumbó bajo el efecto de tres Hechizos Aturdidores distintos, mi avada kedavra paso rozándole el hombro y haciendo explotar una columna de marmol. Thicknesse había caído al suelo con pequeños pinchos saliéndole por todas partes, parecía estarse convirtiendo en una especie de erizo de mar. Fred miró a su hermano mayor con regocijo.

— Realmente estás bromeando, Perce... Creo que es la primera vez que te oigo hacer chistes desde que....

El aire explotó. Sentí como me elevaba en el suelo, como si una gigantesca mano de aire me hubiera agarrado y me lanzara hacía cualquier parte como una muñeca de trapo volando por los aires, por reacción me agarre la cabeza con las manos. Por un segundo mientras estaba en el aire escuche gritos y alaridos hasta que me golpeé mi espalda en algo duro que me dejo sin respiración antes de caer al suelo a una altura de por lo menos dos metros cayendo de costado y haciéndome gritar. Abrí los ojos que me picaban por las lágrimas, el mundo se veía completamente borroso y sentía algo caliente y pegajoso que me caía por la frente, de seguro mi propia sangre. Quise decir algo pero solo pude hacer una mueca de dolor tapándome los oídos ante el terrible pitido que escuchaba pero parecía estar dentro de mí cabeza pues no disminuía.

Me arrastré entre las ruinas de piedra, cemento y ladrillos, tosiendo por el polvo y causando que mi pecho me doliera aún más. Usando mis brazos y piernas me arrastre cual gusano para luego comenzar a gatear y finalmente levantarme. Inmediatamente perdí el equilibrio y casi caí, logré apoyarme en un gigantesco pedazo de pared y jadee antes de reunirme fuerzas y seguir desorientada. Logré distinguir a 3 cabezas pelirrojas y no dude en ir hacia ellos.

— ¡No... no... no...! —estaba gritando alguien—. ¡No! ¡Fred! ¡No!

Percy estaba sacudiendo a su hermano, y Ron estaba arrodillado a su lado. Inmediatamente fui hasta ellos y por mis rápidos movimientos caí de nuevo al suelo, gatee como pude hacia Fred y lo primero que hice fue tratar de sentir un pulso, un pulso que no sentía.

Laila Scamander Y Las Reliquias De La MuerteWhere stories live. Discover now