58: Magia Antigua

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El castillo estaba completamente en silencio, como un castillo abandonado de los cuentos de hadas, lo único que escuchaba eran mis pisadas contra el suelo y el ruido de uno que otro escombro

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El castillo estaba completamente en silencio, como un castillo abandonado de los cuentos de hadas, lo único que escuchaba eran mis pisadas contra el suelo y el ruido de uno que otro escombro. No sentía ninguna expresión en mi rostro, ya no estaba llorando, ya no estaba sollozando, ya no podía sentir nada peor. La cabeza me palpitaba y vi mi rostro en una de las ventanas que tenia el vidrio resquebrajado, dejándome ver mi reflejo distorsionado, mi cara estaba llena de suciedad, lágrimas, cortes y sangre. El cabello lo tenía hecho un desastre y un poco rosado debido a la sangre seca de mis heridas. Seguí caminando alejándome cada vez del Gran Comedor, subí las escaleras de mármol, agarrándome del pasamanos pues aun estaba débil de sanar a tantas personas y de la batalla. Me quede un rato en un peldaño, podia ver a una yo de 11 años, con mi cabello cambiando de colores y corriendo con Ron y Harry como nuestras cortas piernas nos dejaba,  atrasados a clases de Transfiguración. Una vez llegue al tercer piso, mis botas crujían contra los vidrios esparcidos en el suelo, tenia que saltar uno que otro gigantesco pedazo de mármol y cemento que se habia roto, toda la alegría, la calidez, la vida de Hogwarts parecía haber muerto con los caídos en batalla.

Me metí al primer salón de clases que vi, las sillas estaban destruidas, se notaba que hubo una pelea aquí, el pizarrón estaba roto en la mitad y algunas mesas estaban dadas vueltas. Fui a mi puesto de siempre, viendo en la madera de la mesa una H+L escrito en uno de estos, pase una mano por las letras tratando de sonreír en vano. Cansada me senté en una de las mesas que no estaban destruidas, podia verme, entrando a la sala con Ron, Hermione y Harry riéndonos mientras yo obviamente alardeaba de mi apariencia. Mi mirada se desvió a las ventanas rotas, desde que aquí se podía ver el campo de quidditch aun en llamas, donde Harry y Ron volaban el aire mientras Hermione y yo les gritábamos en las gradas y todos los espectadores gritaban asombrados y cada uno apoyando a su casa. 

Me levante de la mesa y salí del aula, subiendo al cuarto piso, el colegio necesitaría una seria remodelación, eso si todos salíamos vivos de esto, me vi a mi misma del brazo de Blaise, hablando sobre los deberes de Pociones, y ahora todo estaba completamente hecho pedazos y un silencio tan brutal que me ponía los pelos de punta. Podía ver en cada rincón del castillo el  brillo de lo que había sido antes, la cálida luz de las velas una vez caía la noche y el constante bullicio de los estudiantes. Me pregunte si viviría lo suficiente para poder dar mi ultimo año aquí, estaba segura que a mi abuelo Newt le encantaría que terminara mi educación en la escuela que él nunca tuvo la oportunidad de terminar. Al pensar en mis abuelos, los rostros pálidos de los cadáveres de Tonks y mi tio entraron de nuevo a mi mente, no importa como tratara de distraerme, cada segundo estaba plasmado en mi mente y no podia dejar de pensar en nada mas que eso, era un pensamiento intrusivo que no se iba. Y ahora, nunca habia sido muy religiosa, pero solo le rogaba a cualquier entidad que me escuchara buena o mala, que mis abuelos Newt y Tina estuvieran vivos...

—  ¡AGACHATE!— sentí la voz de Morgana en mi cabeza e inmediatamente no dude en echarme al suelo, lo suficiente rápida para ver como un rayo verde pasaba sobre mi y le daba a una columna de mármol haciéndola trisas. Rápidamente me arrastre por el suelo hasta buscar cubrirme para poder localizar desde donde había aparecido el maleficio.

Laila Scamander Y Las Reliquias De La MuerteWhere stories live. Discover now