46: La horripilante poción multijugos

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Todos los preparativos para colarnos en Gringotts estaban terminados

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Todos los preparativos para colarnos en Gringotts estaban terminados. En mis manos tenía un frasquito de vidrio que contenía un pelo negro, largo y grueso, que había recuperado del jersey que Hermione llevaba puesto cuando estuvimos en la Mansión Malfoy.

— Y utilizarás su varita —indicó Harry señalando la varita de nogal—. Yo creo que resultaras muy convincente.

— No te preocupes yo estaré contigo a tu lado en todo momento— la tranquilice siendo que sus dotes de actriz no eran tan buenos como los míos obviamente y como yo no necesitaba poción multijugos usaría mi metamorfomagia para hacerme pasar por Narcissa Malfoy. Entendia lo difícil que seria para mi amiga ser despectiva y maleducada.

Hermione tomo la varita con miedo, como si temiera que le mordiera o le picara.

— La odio —musitó—. La odio, de verdad. Me produce una sensación muy rara, y no me funciona bien. Es como un trozo de... de ella.

La entendía por completo, y le encontraba la razón, mi varita era una extensión de mi.  Después de la charla con Ollivander ya hasta creía que las varitas se parecían a sus dueños como las mascotas. Por ejemplo la varita de Bellatrix era torcida y un poco tenebrosa como ella.

— Supongo que te resultará más fácil si te metes en la piel del personaje —le sugirió Ron—. ¡Piensa en todo lo que ha hecho esa varita!

— ¡Pero si a eso mismo me refiero! —replicó Hermione—. Ésta es la varita que torturó a los padres de Neville y a quién sabe cuánta gente más. Y sobre todo ¡es la varita que mató a Sirius y torturó a Laila hace unos días!

En cuanto menciono a papá inmediatamente mi sonrisa se convirtió en una mueca, tuve que controlarme a mi misma para no romper la varita de inmediato.

— Después la voy a romper.— me limite a decir.

— Echo de menos mi varita —dijo mi amiga con tristeza. Todos mis amigos habían perdido sus varitas y sinceramente tenía miedo de ser la siguiente—. Es una lástima que el señor Ollivander no haya podido hacerme una nueva a mí también.

En la mañana, Ollivander le había enviado una varita nueva a Luna, y ésta se hallaba en el jardín trasero, poniendo a prueba sus habilidades. A mi parecer el señor Ollivander estimaba demasiado a Luna para hacerle una varita tan rápido y no lo culpaba yo igual hubiera hecho lo mismo por ella. Luna se merecía eso y mucho más.

Se abrió la puerta del dormitorio y entró Griphook. Instintivamente, Harry tomó la espada y se la acercó más, pero al duende no le pasó inadvertido el gesto. Con ánimo de reparar su error, dijo:

— Estábamos repasando los últimos detalles, Griphook. Les hemos dicho a Bill y Fleur que partiremos mañana, y que no es necesario que se levanten para despedirnos.

Yo tuve que dar un paso hacia adelante y convencer a Billy a Fleur, siendo que   Hermione tendría que transformarse en Bellatrix antes de marcharse y yo en Narcissa Malfoy, cuanto menos supieran o sospecharan mejor por su seguridad. También les avisamos que no regresaríamos, por lo que Bill nos prestó, gracias al cielo, otra tienda de campaña. 

Laila Scamander Y Las Reliquias De La MuerteWhere stories live. Discover now