#7
«A matar a Voldemort»
Las cacerías han comenzado en el mundo mágico. Laila Scamander junto con sus amigos tienen que abandonar sus hogares para comenzar la casi imposible misión de encontrar y destruir los restantes Horrocruxes; el secreto del po...
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Cuando abrí los ojos vi la familiar calle principal de Hogsmeade, pero ya no era el pueblito lleno de gente, hogareño, cálido en donde pisaras, varias por no decir todas las tiendas estaban cerradas, vi la curva adelante en el camino que conducía directamente a Hogwarts, y luz que salía de las ventanas de Las Tres Escobas que por cierto estaba cerrada.
El aire fue rasgado por un grito desgarrador que resonó poniéndome los pelos de punta; ellos sabían que estábamos aquí, habíamos llegado a una trampa. Me di levemente la vuelta para ver a los demás a la vez que la puerta de Las Tres Escobas se abrió de golpe y una docena de mortifagos encapuchados y enmascarados salieron a la calle, con las varitas en alto. Yo ya habia alzado la varita cuando Harry me agarro la muñeca. Le di una mirada de que podía encargarme, eran muchos pero no un ejercito, junto con Morgana podríamos encargarnos de todos, sin embargo trate de pensarlo mejor eso solo les daría nuestra ubicación y mientras yo pudiera estar peleando con uno otro podría estar llamando a su amo y mas refuerzos. Asentí levemente, aceptando que eso solo nos traería mas problemas
Uno de los mortifagos alzó su varita, y el grito se detuvo, haciendo eco a través de las montañas distantes.
— ¡Accio Capa!, —rugió otro.
Inmediatamente agarre un pedazo de la capa en mi puño con fuerza, Harry se aferró a los pliegues, pero la Capa no hizo ningún intento por escapar. El hechizo convocador no había funcionado.
—¿No estas bajo tu envoltorio, entonces, Potter? —grito el mortifago que había intentado el encantamiento, luego vio a sus compañeros —. Dispérsense ahora. Esta aquí. Cuidado con la metamorfomaga, es la peor.
Seis de los Mortifagos corrieron hacia nosotros, por lo que rápidamente retrocedimos tan rápido como fue posible hacia la calle lateral más cercana , tratando de sincronizar nuestros pasos. Solo fue una diferencia de milímetros para que los mortifagos no nos hubieran pillado. Esperamos en la oscuridad, oyendo los pasos corriendo arriba y abajo, lo único que podía distinguir bien en la oscuridad eran las luces que salían de las puntas de las varitas.
— ¡Vamos sin más! —susurró Hermione—. ¡Desaparezcamos ahora!
— ¡Excelente idea! —dijo Ron.
— ¡Sabemos que estas aquí, Potter, y no hay salida posible!— un mortifago gritó—. ¡Te encontraremos!
— Estaban preparados para nosotros, —susurro Harry—. Montaron ese hechizo para que les avisara cuando viniéramos. Supongo que han hecho algo para mantenernos aquí, atraparnos...
—¿Y que hay de los dementores? —habló otro Mortifago—. ¡Denles rienda suelta, ellos los encontrarán rápidamente!
— El Señor Oscuro no quiere a Potter muerto por ninguna mano que no sea la suya... necesita a la chica viva...
—¡... los dementores no le matarán! El Señor Oscuro quiere la vida de Potter, no su alma. ¡Será más fácil de matar si ha sido Besado antes! En cuanto a la chica hará lo que le digamos con Potter en nuestras manos...
