8: Testamento

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Wee extraño sus edits, que me tuve que ver de nuevo toda la saga para inspirarme.

Fuera, en el jardín, los objetos que Scrimgeour nos había dado pasaron de mano en mano

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Fuera, en el jardín, los objetos que Scrimgeour nos había dado pasaron de mano en mano. Todo el mundo exclamó ante el Desiluminador y Los Cuentos de Beedle el Bardo, Charlie veía con interés mi pluma de fénix, y lamentaron el hecho de que Scrimgeour se hubiera negado a entregar la espada, pero ninguno de ellos pudo ofrecer una sugerencia sobre por qué Dumbledore le había dejado a Harry una vieja Snitch. El desiluminador o la pluma de Fawkes.

Cuando el Señor Weasley examinaba el Desiluminador por tercera o cuarta vez, la Señora Weasley dijo tentativamente.

—Harry, querido, todo el mundo está horriblemente hambriento pero no queríamos empezar sin ti... ¿Servimos la cena ya?

Todos comimos bastante rápido y después de un apresurado coro de "Cumpleaños Feliz" y mucho engullir tarta, incluso engullí un segundo pedazo completo , un gran avance comparado al anterior verano en que hacer eso me haría sentir asquerosa. La fiesta terminó. Hagrid, que había sido invitado a la boda al día siguiente, pero era demasiado grande como para dormir en la atestada Madriguera, se marchó para montar una tienda de campaña en un campo vecino.

—Encontrémonos arriba —nos susurró Harry mientras todos, excepto Ginny y yo, ayudaban a la Señora Weasley a restaurar el jardín a su estado normal—. Cuando todo el mundo se haya ido a la cama.

Arriba en la habitación del ático, Ron examinó su Desiluminador, a la vez que yo pasaba un dedo sobre la suave pluma de fénix. Harry tenía la vieja Snitch, observando sus alas revolotear febrilmente.  Al fin, Hermione llamó a la puerta y entró de puntillas.

—Muffliato —susurró, ondeando la varita en dirección a las escaleras.

—Creía que no aprobabas ese hechizo —dijo Ron.

—Los tiempos cambian —dijo Hermione—. Ahora muéstranos el Desiluminador.

Ron accedió al instante. Sujetándolo delante de el, lo accionó. La lámpara solitaria que tenían se apagó al instante.

—La cosa es —susurró Hermione en la oscuridad—. Que podríamos haber logrado esto con Polvo Peruano de Oscuridad Instantánea.

Se oyó un pequeño click, y la bola de luz de la lámpara voló de vuelta al techo y nos iluminó una vez más;

—Aún así, es genial, —dijo Ron, un poco a la defensiva—. ¡Y por lo que dicen lo inventó el propio Dumbledore!

—Lo sé pero, ¡seguramente no te habría mencionado en su testamento solo para ayudarnos a encender las luces!

—¿Creen que sabía que el Ministerio confiscaría su testamento y examinaría todo lo que nos dejara?— preguntó Harry.

—Definitivamente, —respondí—. Ningún mago tan celebre como Dumbledore muere y no confiscan su testamento especialmente en un momento como este. Querían buscar un arma de seguro.

Laila Scamander Y Las Reliquias De La MuerteWhere stories live. Discover now