CAPÍTULO 11: Ayúdame, por favor.

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"Sentirse destrozado no siempre es porque queramos, es porque el dolor sigue punzante en el corazón

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"Sentirse destrozado no siempre es porque queramos, es porque el dolor sigue punzante en el corazón."

La lluvia cae, siento como si fuese aquel día. Sí, aquel día en que mi héroe se fue sin dejar rastros. Era un luchador y su objetivo principal era dar amor a la familia de cualquier modo.

Ayer no estaba lluvioso, pero esta lluvia de este nuevo día es para recordar lo duro que fue perderlo y lo duro que es no tenerte...papá.

Tú me enseñaste a amar, sé que este hombre sensible que hay en mí está oculto por ese dolor que siento al verte ser un guerrero y fuiste el mejor de todos los padres. Hay otro motivo por el cual soy tan egocéntrico y presumido, que solo es una máscara para ocultar lo que soy en realidad, pero eso ahora mismo no es de mi interés porque hay que aprender a superar los problemas...problemas de los cuales tu siempre estuviste ahí.

Aquella tarde del cinco de noviembre te vi en una camilla del hospital, luchando por tu salud que colgaba de un hilo. Pediste a todos que se fueran de allí para estar conmigo.

Te atreviste a sentarte con las pocas fuerzas que poseías en tu cuerpo, ya tus ganas de vivir se estaban agotando.

—Hijo—toma mis manos con delicadeza, me rompe el alma verlo de ese modo.

—Papá, debes estar acostado—comienza a toser del dolor y veo brotar sangre de su boca, iba a llamar a una enfermera, pero solo buscó debajo de su almohada una servilleta y se limpió aquel desastre que solo eran seas de dolor, sufrimiento, un ya no más...

—Me duele todo y ya me siento demasiado cansado de luchar con este cáncer, Leonardo—agacha su cabeza y lágrimas empañan mis ojos en fracción de segundos, me parte el alma verlo de este modo tan frágil y aun así sigue con la fuerza de siempre, sobre todo con su terquedad.

—Padre, no eres de las personas que se cansan, puedes quedarte un tiempo más—niega.

—Mi tiempo llegó a su fecha de caducidad, pero no me puedo ir sin antes darte la despedida que mereces, hijo mío—me sonríe levemente y veo que su ritmo cardiaco empieza a acelerarse más y los pitidos de la máquina me desesperan—calma, estoy bien hijo, es normal—Te amo como a nadie hijo y todas mis posesiones ahora son tuyas, trabaja duro, ama de corazón y sé siempre ese chico fuerte que enseñé día a día. No te tomes que no estaré, desde allá te estaré mirando—empiezo a negar y susurrar mil veces no, no es su momento, no puedo asimilarlo es demasiado para mí.

—No me dejes, nada es lo mismo sin ti—lo abrazo—si te vas déjame ir contigo—me hace mirarlo.

—No tienes ningún motivo para seguir este paso que daré ahora, debes dejarme ir, me siento agobiado y atado, eso no me hace ser feliz. Quisiera tener la fuerza de hace unos años para demostrarte todo mi amor con la misma intensidad que solía hacerlo antes, pero—me mira—siempre, siempre hijo me tendrás y yo te tendré. Cuida de tu madre y de tu hermano menor, dile que los amo demasiado al igual que a ti. Te amo y nos veremos en un largo tiempo.

Más allá de una App #1 [Saga Más Allá] ✅️ BorradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora