Más allá de una App #1 [Saga Más Allá] ✅️ Borrador

CAPÍTULO 31: Ámame.

"Todo lo que busco está en ti, ¿no te queda claro?..."

(Leonardo Ferri)

Despertar y no sentir a esa persona a tu lado es sumamente desgarrador, la cosas entre ella y yo pudieron terminar bien, pero, aunque para mí no tenga fin creo que puedo darlo por hecho.

Salgo de aquella casa, de la cual ahora respiro aire puro y me dirijo hacia la empresa Ferretti. Mi mejor amigo Alessandro ya llegó de Italia y le he pedido que venga aquí por mí.

Veo como su auto va llegando, es obvio que no tiene ni la más mínima idea de todo. Cuando lo veo, corro hacia él y le ofrezco un abrazo el cual correspondió.

—Hermano, ¿qué haces aquí? —me pregunta mientras me alejo de él para mirarlo.

—Si supieras las cosas que han pasado—me mira expectante.

—Vámonos, en el camino tengo el tiempo suficiente—asiento y tomo lo necesario para ir a dar la cara a mi jefa.

Le voy expresando todo el camino lo que ha sucedido con Alaia y que ahora él y ella son los dueños de la empresa, al enterarse de lo sucedido en la casa y su abandono, no puede hacer más que abrir los ojos de un modo que jamás se esperaría.

—Amigo, el amor siempre deja el corazón roto, pero a ti te destrozó hasta tu dignidad—asiento y ruedo los ojos.

—Gracias por recordármelo, no tenía idea—suelto con sarcasmo y él ríe.

—¿Y qué harás con la aplicación? Cada día aumenta—hace una pausa mientras conduce—deberías hablar con la empleada para que la paralice o para que añada mi usuario y yo poder usarla, de todos modos, era para tu obtener mujeres, pero tu corazón y tu pene solo le llaman la atención de una—le golpeo el hombro y se queja, todo un dramático.

—Eso deberás hacerlo tú—me mira confundido.

—¿Qué? ¿ahora no puedes hablar con un empleado? Seguirás siendo el jefe porque Alaia no va a impedir eso, deberás ganártela para que te de la mitad de las acciones, veo que nuevamente tendré que interponerme en tus asuntos de amor—le sonrío como angelito.

—Es que no puedo hablar con esa empleada—bajo la cabeza para luego mirarlo nuevamente—porque quien hizo la app, fue Alaia Coleman.

—Eso sí que no me lo esperaba hermano—ríe a carcajadas—esa chica sí que sabe cómo ganarse la vida—quiero ahorcarlo.

—No me hagas matarte en medio de la carretera, no es nada gracioso, estoy vuelto un desastre—cubro mi cara y mi mejor amigo me mira pícaro.

—Creo que a Alessandro Rizzo Beckham se le ocurrió una idea, pero te la contaré luego—a veces quiero abrazarlo.

—Eres el mejor de todos, hermano—golpeo ligeramente su hombro y él coloca música.

—Ya eso lo tengo más que claro—se me olvidó que éramos los mejores siendo presumidos, ya hasta esa esencia perdí.