EXTRA: Hazel y el flechazo, Leandro y su fracaso.

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"¿Diferencias entre tú y yo? Creo que es lo único que hay

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"¿Diferencias entre tú y yo? Creo que es lo único que hay..."

Las cosas se ponen duras, cuando menos te lo esperas, tienes un dolor clavado en el pecho. Usualmente me suele pasar cuando pierdo, pero esta vez, las perdidas se excedieron a un límite al cual no puedo ponerle un control.

Necesito ordenar mi mente y mi vida, amar a quien te hizo daño puede ser muy masoquista, pero es lo que mi terco corazón quiere. Digo... no es que lo ame, pero sentí una atracción inusual por él y es que tengo tiempo sin recibir una llamada del departamento del amor.

Las calles vacías y sin rumbo fijo, me dan un poco de angustia en mi estómago, pero debo relajarme no me pasará nada por dar un paseo.

La vida lejos de mi mejor amiga, la cual ahora tiene una envidiable vida con el hombre que ama me hacen pensar en que me enfoqué demasiado en ver la buena vida de otros y no seleccionar el equipaje del trayecto de la mía. Es que te gusta ser buenos con todos Hazel Pickman, pero se pueden contar con los dedos las personas que han hecho algo por ti.

Miro todo mi alrededor con anhelo, extraño como era mi vida antes y necesito ver a mi mejor amiga, Alaia sí que me ayudaría, pero ella me ha ayudado tanto en todo este tiempo que no quiero ser en vez de un soporte, una molestia.

Quisiera llamarla, pero ni siquiera cuento con saldo, no sé para que existo, no encuentro una salida ahora, aunque el camino sea amplio, siento mi corazón apretarse y volverse estrecho.

—Si me escuchas, quiero que sepas que estoy sola y te extraño—lágrimas salen de mis ojos y no puedo moverme, me siento una porquería.

Miro mis bolsillos, cinco euros para la semana, ¡genial Hazel! Siempre has sido así de sorprendente. Por eso tu madre "siempre te quiso".

Golpeo con rabia un bote de basura que estaba en frente mío y cuando veo esos ojos rojos mirándome vi que lo mejor que puedo hacer ahora es huir...

Ya encontrarás la salida Pickman...

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Alcohol, humo, dolores de cabeza y luces despampanantes, eso solo puede hacer un tipo con el corazón lleno de ira y el bolsillo vacío. Aquí tomando licor de personas que no pretendo darles ni un centavo.

Mi vida ahora es una porquería, ni porque soy un Ferri Moretti tengo la dicha que ha tenido mi hermano. Andar con Carla siempre ya me tiene como un fastidio, sobre todo que quiere que le pague de un dinero que no tengo.

—Leandro, deja de beber si no me das mi dinero te volaré la cabeza—la miro asombrado y salimos del bar.

—¿Qué te pasa maniática? No te toca dinero si tu plan salió mal, se supone que estarías con Leonardo y de ese dinero que le quitara te daría, ¿pero sabes qué? No lo estás, estás aquí en un maldito bar de quinta conmigo, ¡así que vete de mí vista! —la empujo y ella se enoja.

—Maldito bastardo, debí saber que rebajarme a tu nivel no sería nada bueno, ¡traidor! —río a carcajadas.

—A ver, ridícula, ¿quién se rebajó al nivel de quién? Mi apellido tiene mucho más valor que el tuyo, lo hiciste porque quisiste, no te apunte con un arma—ella rueda los ojos —o bueno, quizá sí, pero es que no tenía modo.

—Sí, gracias por eso, me vale un comino tu apellido, los Ferretti son unos idiotas, ya me quedó claro que debo pasar página y soltar los lazos con ustedes —le sonrío con malicia.

—Lo mejor que puedes hacer, tengo muchos planes en medio y no quiero a una Rossi interviniendo en ello, así que lárgate y el dinero que acordamos que te lo pague la madre que te parió—le grito y ella se marcha tambaleando, idiota, ni tomar un trago robado me sale bien.

Miro el reloj que tengo en la muñeca marcando la una de la madrugada, lo que indica que debo ir al aeropuerto y tomar mi destino, Italia. Trato de marcharme, pero aquella chica en ese banco me tiene conmovido, se ve con ira.

Me acerco y cuando veo de quien se trata, por su mente debe estar pasando un "corre", pero no quiero dañarla, no por ahora...

Ella es como es bote de basura que derribó, quien se mete en mi camino, se las verá conmigo.

Trato de hablarle, pero corre, ella huye. Quizá es por mi mal aliento y el dolor de cabeza a muerte que tengo, debo parecer un degenerado, aunque me gusta serlo.

—¡Hey! ¡detente! —veo su collar caer al suelo, tengo una buena excusa para acercarme, pero después del daño que le hice aquel día es obvio que si me ve y más en estas condiciones va a correr—¡tu collar! —le grito y ella se detiene al escuchar. La calle está sola, lo que hace que se vea más aterrador aún.

Trato de irme acercando y ella me mira con más miedo. Veo su respiración acelerarse y le sonrío.

—Toma—se lo extiendo y ella por su parte, con sus manos temblando de miedo y algo frías por las altas temperaturas de la noche a la que nos estamos exponiendo lo coge de mis manos y me mira ahora a los ojos.

—G-gracias, es muy especial—suelta, al menos dijo algo.

—Entiendo, cuídalo, trata de que no se te caiga otra vez, Hazel—le digo y ella asiente nerviosa—no debes temerme, de ahora en adelante seré mejor.

—Sí claro, eso no lo conoces—asiento.

—Exacto, no dije que sería mejor persona, me refiero a ser mejor en lo malo que soy—río y ella me da la espalda—¡espera! —saca su dedo corazón y avanza el paso—luego me vas a agradecer.

—No tengo nada que agradecerte, así que no me molestes—asiento y tomo mi camino a la pequeña caseta en donde me quedo para irme a Italia, al menos me alcanzaron mis ahorros, robos o como sea para un vuelo.

Primero quiero tomar alguna píldora que me quite este jodido dolor de cabeza, me tiene loco y me tiene cansado, es lo único malo de beber y fumar, sobre todo que ese licor no era de la mejor clase, por eso no encaja con mi cerebro y remueve las pocas neuronas que me quedan.

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Minutos después de ya estar listo para ir al aeropuerto, con veinte euros que cuento y mi poca ropa, tomo un taxi.

—Señor, ¿a dónde lo llevo? —le sonrío con sarcasmo.

—Al aeropuerto, ¿Cuánto es? —me mira.

—Está cerca, diez euros—al menos no es tanto.

—Perfecto, lléveme por favor, un vuelo me espera—asiente y arranca.

Miro lo mierda que está vuelta mi vida ahora, ¿qué sentido tiene huir de donde yo hice mi marca? Maldito Leonardo Ferri Moretti y Alaia Coleman White, me las van a pagar.

Al llegar al aeropuerto le lanzo los diez euros y sonrío. De ahora en adelante cambiaré mi destino...

Yo voy a triunfar, con o sin ayuda...

Yo voy a triunfar, con o sin ayuda

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Más allá de una App #1 [Saga Más Allá] ✅️ BorradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora