Más allá de una App #1 [Saga Más Allá] ✅️ Borrador

CAPÍTULO 15: ¿Por qué yo fuera?

"Y es que me gusta cómo va subiendo de tono esto que sentimos."

(Leonardo Ferri Moretti)

Bajo de mi habitación para ordenarle a la mucama que tenga mi habitación lista, porque la necesito lo más impecable posible.

Me subo al auto y me dirijo a la empresa nuevamente, muy poco de la empresa saben el fin de porque se creó la aplicación, solamente los que estuvieron en la reunión esa tarde.

Apresuro el paso y al llegar no puedo salir porque tienen el auto totalmente rodeado, chicas de todo tipo para comerlas, bien Leo solo cálmate un poco.

Salgo y les firmo varios autógrafos, no sin darles sin respectivos piropos que como todo galán sé hacer.

Los hombres de seguridad que tengo me resguardan y entro a la empresa donde recibo muchos aplausos por parte de mis empleados, me siento halagado, me siento como un Dios, esto es lo que anhelaba y me encanta esa sensación, espero que no acabe tan pronto.

Subo a mi despacho no sin antes agradecer, cosa que aquí en la empresa suelo hacer poco porque no me importa nada de mis empleados, de casualidad Mary es algo significativa porque tengo que verla cada jodido segundo.

Al entrar a mi oficina Mary está con una soga en los labios y yo llego para ayudarla, no entiendo que está pasando. Se lo quito y ella llora.

—Es su hermano que entró aquí, n-no pude hacer nada—le hago un ademán para que se calme, la pobre debe de estar asustada.

—Ese hijo de pu... —no termino cuando escucho aplausos a mis espaldas, supuse que era él.

—Logrando siempre lo que te propones, ¿no Leonardito? —me pongo de pie y lo miro con rabia.

—Sí, como siempre, pero porque te moleste mi éxito no debes hacerles daño a mis empleados—se ríe a carcajadas, tengo ganas de dejarlo sin oxígeno.

—Oh, ¿es tu empleada?, pensé que era tu novia, es una pena porque ella y yo teníamos un asunto pendiente en mi cama ya, pero vienes a arruinar mis planes, ¿verdad que si preciosa? —lo tomo del cuello y lo pego de la pared que tenía detrás.

—Grandísimo idiota, a nadie le pondrás la mano encima—miro a Mary a mis espaldas—Mary, vete ahora, esto es un asunto familiar.

—Señor, n-no—la miro de reojos.

—¡Que te largues! —sale sin decir más—dime Leandro, dime ¿Qué es lo que se te apetece?

—Nada, solo da-me—trata de tomar aire y lo suelto haciendo que caiga al suelo, soy mucho más alto que él, nunca ha sido de golpearme más bien solo cacarea como una gallina y no hace nada.

—Bien que quieres, ¿diez dólares? ¿ya se le acabaron a tu mami? —hago gestos de bebé llorón mientras me río a carcajadas.

—Muy gracioso—se pone de pie—dame el 50% de las acciones de la empresa—lo miro asombrado, que cojones tiene.