Más allá de una App #1 [Saga Más Allá] ✅️ Borrador

CAPÍTULO 21: Probemos.

"Las cosas de ahora en adelante entre tú y yo, se están poniendo intensas."

Días después...

(Alaia Coleman)

Miro repetidas veces la aplicación, me siento tensa, gotas de sudor pasan por mi frente y nariz, mientras le doy varios mordiscos a un lapicero. ¿Estás segura de lo que harás Coleman?

No he podido conciliar el sueño toda la noche, mirando esta perdición, viendo bastantes veces el monstruo que yo misma cree para un egocéntrico.

Las estadísticas no disminuyen y veo que ha tenido varias reuniones en los últimos días, pero aun así, quiero ver, quiero probar y demostrarle ya quien es que está detrás de todo el proceso de esta aplicación.

Yo la creé, me siento orgullosa, pero siento que Leonardo Ferri se le caerá la baba ante la trampa que voy a ocasionar.

Sábado, día perfecto para salir con Hazel Pickman a hacer varias compras inesperadas, como comida, ropa y demás.

Ya en una de las tiendas de lencerías, mi mejor amiga me ayuda con aquello que estoy buscando, ella me apoya.

—Espero que después de que gastemos este dinero comprando cosas no te arrepientas—la miro de reojos, no me he metido a Calvin Klein a gastar mi sueldo por casualidad, si haré algo, al menos debo empeñarme en hacerlo bien.

—No me arrepentiré, le daré el mejor de los usos a todo esto de ahora en adelante, creo que ya es tiempo de dejar la timidez de lado y hacer algunos cambios—me quedo mirando un señor que está con unos lentes, nos observa a mí y a Hazel—Nena, creo que nos observan—solo sé decirle, se encuentra en la sección de hombres y ella mira, pero solo se ríe.

—Quieres hacerle maldad a ese hombre—me toma de las mejillas para que la mire—ese es Leonardo y le haré un ademán de que venga—niego repetidas veces con la cabeza, pero sé que es un caso perdido.

Veo como se acerca y su mirada se posa en mí, pero continúo viendo la ropa, perfectamente comprometedora en frente de ese idiota.

—Hola Hazel—le da un abrazo leve y deposita un beso en su mejilla—¿cómo has estado? —sigue mirándome, si cree que lo saludaré está muy mal.

—Bien, comprando ropa ya ves, ¿tú haces lo mismo? —asiente y ahora toma dirección hacia mí.

—Hola, Coleman—me da la mano, creo que quiere llevar la fiesta en paz. Doy la vuelta para mirarlo y extenderle la mano, cortesía ante el enemigo.

—Buenos días, señor Ferri—le sonrío de lado y mira lo que tengo en manos.

—Muy afortunado aquel que te vea con esas prendas—sonríe de manera pícara, yo ruedo los ojos y lo miro algo molesta.

—Es inevitable para ti cambiar, pero sí, es para un chico y muy afortunado que será cuando lo vea—entre cierro los ojos y río con maldad—si me disculpa, debo seguir con mi compra.