CAPÍTULO 27: Verdades.

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"Payasos que fantasean el uno por el otro

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"Payasos que fantasean el uno por el otro."

(Leonardo Ferri Moretti)

Luego de una larga jornada de trabajo, creo que lo mejor es que saque a mi supuesta madre y al innombrable que tengo de hermano de la mansión de ahora Alaia Coleman. Lo peor de todo es que no pienso hacerle daño, la amo demasiado y quiero demostrarle que con lujos y sin lujos puedo ser un hombre bueno para ella, ese hombre que siempre ha estado buscando y dándome cuenta de que, si soy el indicado para ella, solo que me da pena que se haya llenado de lujos y que para tenerme en cierto punto atado a ella me haya quitado mis pertenencias, pero aun así la amo demasiado.

Alaia buscará alguien que la ayude con la mudanza para trasladarse con Hazel lo más pronto posible. Su madre y su hermana Grace están donde una tía, por lo que se llevaron sus pertenencias ya que decían que la casa de Alaia era demasiado pequeña para ellas vivir y que no quería incomodar a su hija mayor.

Ahora Alaia Coleman, la mujer de mi vida que debería odiar si solo fuera ese tonto del inicio, tiene todas mis posesiones y, yo sencillamente dependo de ella.

Hace tiempo que no veo a mi madre, a Leandro mucho menos, pero hoy más que nunca están sentados en la sala como si no fuese nada.

—Tienen que irse de esta casa ahora—me miran con mucha atención.

—No puedes echarnos, sabes lo que te dijo papá antes de morir, que debes cuidarnos como una hermosa familia que somos—Leandro tiene le descaro de llamarlo papá, como si le importara desde niño.

—La casa ya no me pertenece—abren los ojos asombrados—ya tiene otro dueño porque me han pasado unos asuntos y deben irse antes de que la dueña venga—esto será un gran problema.

—¿Lanzarnos así a la calle y no más Leonardo? ¿yo qué te di la vida? —odio escuchar su voz chillona.

—Me vale un comino donde se encuentren y donde vivirán, lárguense antes de que terminen de agotar la mísera paciencia que les tengo—les grito y alzan las manos en son de paz, ojalá fuera tan sencillo.

—Esto no se quedará así, primero la app y ahora a la calle—me susurra Leandro furioso y yo lo empujo haciendo que se vaya a buscar sus cosas.

Trato de ir a mi habitación y ordenar todo para cuando este par de idiotas se vayan esperar a Alaia con los brazos abiertos. Me sorprende en el hombre que me he convertido, pasé de tener todo a tener nada y sigo como si nada pasó, por amor.

Al subir veo que ya María había ordenado todo y vuelvo a la sala para ver si en serio se van de aquí. Al bajar veo a Leandro y mi madre con varias maletas, uno de los choferes que tenemos los llevarán lejos de aquí, o eso espero que ni se aparezcan.

Mi madre me mira con rabia mientras carga unas cuantas maletas con esfuerzo, es que se nota que no tendrá la fuerza suficiente si nunca ha levantado una, siempre le han hecho todo, como dicen: todo es hasta un día. María me mira confundido, no entiende que sucede.

Más allá de una App #1 [Saga Más Allá] ✅️ BorradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora