CAPÍTULO 12: Leandro.

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"Si quieres ser feliz, borra de tu vida a quienes te impiden serlo"

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"Si quieres ser feliz, borra de tu vida a quienes te impiden serlo"

—Después me sigues preguntando que por qué imagino y no te tengo—río a carcajadas. Alaia se está volviendo demasiado atrevida.

—Vaya, mira que tenemos aquí, la niña que se está derritiendo por el egocéntrico, pero nena, no seas como la demás que apenas te doy un beso en tus labios y una caricia entre tus otros labios—se sonroja y me golpea el hombro—ya, perdóname—me quejo.

—No estoy derretida por ti, quien se derrite eres tú que llegas hacia mí sin "saber" —hace comillas con sus dedos, es muy buena defendiéndose.

—Sí, como digas, sé que terminarás cayendo—se ríe ella ahora de manera maléfica.

—Veamos quien cae por quien, presumido—nos miramos fijamente, me voy acercando más y más, pero justo cuando ella pensó que la besaría tomo el volante de mi auto y lo pongo en marcha junto con ella. Veo que se torna cabizbaja y yo solo sonrío.

—Una a cero, senitos hermosos—me saca el dedo corazón y corremos a toda marcha.

—¡Oye! ¿dónde me llevas? ¡puedo catalogar esto como un secuestro! —yo la ignoro—¿al menos me haces caso? —vuelve a golpearme, vaya que si le gusta golpear.

—¡Cálmate!, prometo no hacer nada, solo vamos conmigo—empieza a dar patadas como niña—que tierna te ves, me imagino, ¿te verías así mismo con ropa de encaje sexy para mí de la colección de mi empresa? —se tensa, creo que le gustó la idea, supongo.

—Leonardo Ferri, bájame de este auto antes de que te la veas conmigo—sonrío de manera coqueta y ella se queja—¿ahora por qué la sonrisa de tonto?

—Es que me da tanto miedo, que te bajaré, sí, claro que te bajaré del auto cuando estés en unos segundos entrando por la puerta de mi casa y yendo a mi cama, como es...—miro mi reloj—justo ahora—suelto con burla y sarcasmo y ella me mira nerviosa.

—Creo que te estás pasando, en serio llévame a casa, no le avisé a mi madre que saldría—la beso lentamente.

—Tranquila, no haré algo que no te guste—finjo que la llevaré a casa, pero hoy no quiero estar solo, ella estará conmigo.

—Bien, pues llévame a casa—me mira furiosa, ya si se nota que no está jugando, pero no puedo dejarla ir, mi corazón no me permite soltarla.

—No lo haré, solo ven conmigo—la sujeto de la muñeca y su cara es de enojo, aburrimiento y nervios, solo quiero que esté conmigo en este día tan gris que es para mí. Entramos a mi casa y ella la mira asombrada, se nota que nunca ha tenido lo suficiente para obtener una casa así.

—Que hermosa casa—solo se limita a decir, quiero llevarla al tercer piso donde tengo un pequeño sitio en donde suelo ir cuando me siento mal, donde puedo divisar las estrellas y ser...yo mismo.

Más allá de una App #1 [Saga Más Allá] ✅️ BorradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora