Más allá de una App #1 [Saga Más Allá] ✅️ Borrador

CAPÍTULO 30: Solo confía.

"Seguro será el final de algo, que quizá nunca tuvo un principio..."

(Leonardo Ferri)

9:00pm

Las horas transcurren y con un olor a alcohol, bragas mojadas y cigarrillo abro los ojos. Toco ligeramente mi cabeza ante el dolor que presenta, me siento molido y lo peor es que no recuerdo nada de lo que ha sucedido.

Miro a Carla a mi lado, esta habitación me resulta familiar. ¿Qué hace Carla al lado mío? ¿por qué hay una cámara grabando?

Me pongo de pie exaltado ante aquello que ha pasado, acabo de tener sexo en la cama que era de mi padre y con mi ex. Tomo la cámara, quito la memoria, la coloco en alguna gaveta y con mis calzoncillos en mano lanzo la cámara al suelo, pero Carla no despierta, mucho mejor aún.

Me coloco los calzoncillos y con la cabeza frita por culpa de la jaqueca y esos olores tan malos, salgo de allí viendo como desde acá arriba la sala era un desastre y había un Leandro tirado en el suelo.

¿Qué hora es? ¿dónde está Alaia? ¿dónde diablos están todos?

Ahora tengo esas preguntas en mi cabeza, que no sé si pueda solucionarlas por mí mismo. Busco en la cocina un frasco de pastillas y tomo tres para este dolor tan insoportable que padezco ahora en este instante.

Lo que si tiene respuesta es que ahora estoy bien jodido, no tengo nada, sé que seguro Alaia vio todo y ahora no estoy más que perdido, sin amor, sin lujos y sin dinero, no tengo como defenderme ¡porque no recuerdo nada de lo que pasó!

Veo a una Alaia furiosa en el borde de la escalera, mirándome con rabia. Ahí tuve más que claro que estaba jodido.

—¡Oh! Ya despertó de su paraíso el bello durmiente—me tira todas mis cosas desde donde se encuentra, de un extremo a otro, así mismo están nuestros sentimientos.

—Alaia, yo... no sé qué sucedió, lo que si recuerdo es que ellos me secuestraron junto con mi madre y Hazel—va acercándose a mí.

—No creo nada, no creo en tus palabras ya, te quiero Leonardo, pero si no cambias de mi parte yo si lo haré, cambiaré todo con tal de no verte más en mi vida—tira una última camisa al suelo y me mira con furia.

—Alaia, deja que al menos Hazel te explique, ya sé que no vas a creer en mí, me siento resacado y no recuerdo haber tomado alcohol—lágrimas salen de mis ojos, siento rabia del miserable hombre que me han convertido esas dos basuras—sé que te he perdido—veo que Leandro se para titubeando, no tiene fuerzas ni con su propio cuerpo.

—Busca una maleta, recoge tus cosas y lárgate de aquí junto con tus tres mosqueteros.

—Así será Alaia Coleman, hasta que pueda demostrarte que no tuve la culpa de nada—me trato de acercar a ella, pero me aleja de una bofetada en mi brazo izquierdo.