CAPÍTULO 23: ¿Quién fue el creador?

210 22 13
                                    

"Al final de todo, creo que voy a descubrirte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Al final de todo, creo que voy a descubrirte."

(Leonardo Ferri Moretti)

Despertar un domingo y ver a la hermosa Alaia a mi lado, me da mucha paz y tranquilidad. Después de todo aquello que hicimos anoche, la cual fue la mejor noche de mi vida veo lo preciosa y perfecta que se ve dormida.

Sus facciones relajadas y una respiración pacífica me hacen darle un tierno beso en la mejilla e ir a prepararle algo de desayunar de regalo, quiero comportarme como ese hombre que ella desea.

Mi querida mucama no se encuentra los domingos, mi madre está hace tiempo de viaje y ni me importa, Leandro tampoco se encuentra ya que siempre se larga a quien sabe dónde los fines de semana, lo que indica que tengo a mi preciosa Alaia y la casa para nosotros, no pretendo dejarla ir el día de hoy.

Sé que a ella le gustan los panqueques, pero les haré unos bien bonitos y decorados que sé que después que se los coma, me comerá a mí por ser el mejor chef.

Prepararé a parte un batido de fresa para ella y una de chocolate para mí, tengo buena figura y romper la dieta con senos hermosos no es para nada mal, porque haciendo el amor podemos quemar las calorías adquiridas.

Esto me recuerda a los hermosos momentos que siempre tenía con mi padre en la cocina, me hubiese gustado que Alaia y él se conocieran, nada me haría más feliz que eso.

Sirvo varios panqueques en el plato coloco un poco de crema batida y algo de frutillas como trozos de fresas y moras. Ahora me toca preparar el batido, espero que el ruido no la despierte.

Al echar todo para el batido me pongo a pensar en lo feliz que me siento al saber que Alaia me correspondió. ¡Leonardo! ¡es tuya! Y para ser honesto conmigo mismo, ella se movió demasiado bien para ser su primera vez, es una reina y por ello, merece ser tratada como tal.

Termino y los coloco en unos vasos especiales para eso, me gusta comer y me gusta cocinar, creo que es uno de mis tantos dones, el primero es ser guapo, aunque no considero que directamente mi belleza sea un don.

Con cuidado coloco todo en una bandeja, tratando de mantener el equilibrio al subir las escaleras para no hacer un desastre y terminar echándolo todo a perder. Entro sigilosamente a la habitación, en una pequeña mesa coloco la bandeja y voy sutilmente a abrazarla, me encanta sentir su piel suave y desnuda.

Está dormida hacia abajo así que dejaré unos besos en su bella espalda mientras le acaricio su pelo.

—A-amor—cuando estás en la intimidas es más fácil soltar los cariñitos de lugar, pero ahora acabo de tartamudear—mi reina, despierta—siento como se gira con pesadez y me sonríe medio dormida.

—Otro rato más—la tomo de la cintura y comienzo a besarla, se queja levemente.

—Ningún otro rato más mamacita, debes despertar ya dormilona—la beso en sus dulces y suaves labios, haciendo que ella me tome por las mejillas y me acerque más a ella, quedándonos sin aire.

Más allá de una App #1 [Saga Más Allá] ✅️ BorradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora