CAPÍTULO 16: Percepción perversa al estilo de Leonardo.

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"Bien, vamos a turnarnos, yo te caliento y con esa chispa tú me quemas"

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"Bien, vamos a turnarnos, yo te caliento y con esa chispa tú me quemas"

Las cosas calientes son las que nos encienden el alma, por ejemplo: el café, té y unas sexys curvas como las de Alaia Coleman. Despertar es algo increíble, más cuando volteas y ves a tal divina hermosura a tu lado fenomenal, soy millonario y me siento como si me hubiese sacado la lotería en la más extrema pobreza.

Me levanto de la cama, no sin antes darle un dulce beso en su mejilla izquierda. Se encuentra totalmente desnuda, yo por igual, así que decido colocarme unos calzoncillos e ir preparando la tina con espuma.

Al estar en el baño me pongo a preparar todo cómodamente y con la mayor calma posible, me siento sin estrés y genial, estuve con la mujer que tanto he deseado en este tiempo. Sin darme cuenta, unas suaves manos cubren mis ojos mientras me dan un beso en mi mejilla, sí es mi pequeña fiera.

—Oh nena, arruinaste mi sorpresa—me pongo de pie y la tomo de la cintura, la acerco a mí y le doy un beso mientras aprieto su trasero, que ahora es mío porque yo lo he disfrutado.

—Está bien, me iré a la cama y fingiré que duermo para que me vengas a buscar, ¿bien? —niego con la cabeza repetidas veces.

—Creo que eso no será posible, ya que estás aquí creo que hay que hacer lo que se debe de hacer, senos hermosos—la miro de manera pícara y ella sonríe.

—¿No tienes hambre? Desde que vine a estar contigo, no has comido nada—me mira algo sonrojada, la necesito una y mil veces.

—De ti, de tu cuerpo, el almuerzo puede ser Alaia, la merienda, el postre, la cena. Quiero que todo seas tú—comienzo a besarla entre risas.

La tomo por su trasero hermoso y la cargo, ella solo tenía su prenda menor colocada, lo que me indicaba que sus senos estaban a mi merced, mis tan adorados y preciados senos.

Mis besos se derrochan en sus labios de una manera intensa, de la manera que siempre he querido tenerlo. Bajo los besos para hacerlos quemar en su cuello y leves gemidos se encuentran vibrando a través de su garganta.

—¿Quieres que nos duchemos primero? —me pregunta y yo niego con ella en mi cintura mientras salimos del baño mientras nos depositamos una intensidad de besos.

La estampo contra la pared mientras comienzo a besar uno de sus senos. Ella se empieza a soltar, cuando sus gemidos empiezan a subir de tono y yo comienzo a desesperarme más por estar en ella una vez más de las tantas que estuvimos anoche. Le rompo sus bragas dejando su cuerpo expuesto ante mí.

Con la cabeza enarcada, aprovecho para dejar un pequeño chupetón entre su cuello y sus senos, lo que hace que ella me mire asombrada.

—¿Por qué me marcas? —me pregunta con la respiración agitada y me río.

—Porque eres mía mamacita—al deshacerme de mi ropa interior procedo a entrar con ella de una forma bestial. Mis embestidas empezaron siendo leves, pero cada segundo que pasaba era el segundo en el cual le subía la intensidad al asunto. Su garganta emitía gemidos roncos, mientras rogaba por más y ahí es que mi cuerpo empieza a encenderse en llamas.

Más allá de una App #1 [Saga Más Allá] ✅️ BorradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora