.
.
.Después de habernos familiarizado un poco con la gente de ese lugar y de haber reído con los comentarios de la señora Mikoto (que por cierto eran recompensados con mala cara de parte de su esposo), Itachi quiso que ella y yo saliéramos a platicar...
"Ya saben, de mujer a mujer." había dicho mi pelinegro, convenciendo a su madre... Y yo, tuve que aceptar.
Además, no van a negar que no podrían decirle "No" a alguien como la madre de Itachi..
.
.Una vez afuera de la mansión, ella me llevó a dar unas vueltas por la finca enseñándome sus plantas favoritas y sus lugares favoritos para tomar el té.
—Esta finca es enorme... Y muy bonita.—Agregué viendo a mis alrededores, y era verdad.
—Es cierto... A veces es algo solitario estar aquí, pero gracias a los animales y mis verdes bellezas—dijo refiriéndose a sus plantas—... puedo pasar el tiempo distraída y contenta.—Aclaró mientras le pasaba unos maníes a los cuervos que pasaban cerca de ella.
—¿Les gusta los animales a todos aquí?—Pregunté viéndola con ternura.
—No a todos... Ni a Fugaku ni a Sasuke les agradan mucho.
—¿Y qué hay de Itachi?
—Él siempre ha sido de corazón noble. Hasta las aves que todos consideran "feas" a Itachi le agradan... Los cuervos por ejemplo.
De pequeño encontró uno malherido y a pesar de las excusas de su padre, él no obedeció y lo llevó a casa... Solo puedo decir que ese cuervo sobrevivió, y en particular se veía más saludable que los otros.—Agregó sonriendo.—Gracias a él también yo les tomé afecto.—Awww, su hijo es puro amor.—Dije sonrojada.
—Jaja, es verdad... Creo que todos los que llegan a conocerlo tienen suerte de alguna forma.—Presumió.
—S-sí... De hecho, él me salvó de un bravucón hace un tiempo.
—¿De verdad? Vaya...
Me alegro de que él no se haya convertido en alguien frío como su padre.—Se arrepintió de haber dicho lo último.—Pero... Comparten una cosa, y es que ambos son muy inteligentes.—Excusó.—Es cierto... Itachi me sorprende en muchos aspectos.
—Sí... Como siempre.—Dijo por último, y comenzó a correr a paso ligero hacia una caseta que había en medio de mucha vegetación. Lo que me obligó a seguirla.
Esa mujer era la encarnación de lo perfecto. Podía encontrarle más de 100 cualidades en menos de 1 minuto, y todas eran buenas... Además, ¡estaba corriendo en tacones! ¡¿Quién diablos podía ser vanidoso y correr perfectamente en tacones en medio de tanta vegetación?!
Exactamente, solo Mikoto Uchiha.Cuando llegué junto a ella, me invitó a sentarme en unos sillones que habían en el lugar... Estaba a punto de llover y la idea le fascinaba.
—Ven aquí Izu... Este lugar es bellísimo, además, está techado y es un gran espectáculo cuando llueve con esa vista transparente.—Dijo sentándose a mi lado apuntando hacia arriba.
—Bueno... A mí también me gusta la lluvia.—Dije animada.
En pocos minutos, había comenzado a llover y en unos cuantos más, yacíamos en medio de una gran tormenta disfrutando la vista del agua sobre nosotras.
ESTÁS LEYENDO
El chico del antro
RandomDescripción: Historia inspirada en acontecimientos reales de la vida cotidiana con algo de ficción y personajes exagerados con el fin de atraer a los lectores. Contenido: 38 Capítulos + 2 Especiales Total ➡ 40 Capítulos Capítulos con extensión cort...