Capítulo XXXII

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Ese día fue todo un caos... Había pasado una semana entera en detención, y por fin fuimos llevados a la audiencia.

Con todo planeado, las pruebas hundieron a mi suegro...

Que ¿qué probamos?
Pues... El intento de infanticidio hacia mí hijo, Kai. Ambos homicidios, Kakashi y el hermano de Konan (el cual fue asesinado por Léonard, pero fue el Uchiha quien lo mandó a hacerlo). Así que mínimo le darían 30 años con todo y jueces sobornados...
Porque obviamente, no puedes salvar algo que ya se jodió a sí mismo.

En cuanto a mí...
A mí me dieron 5 años. Iban a ser 10, pero se demostró que mis actos fueron en defensa de mi hijo, así que llegamos a un mínimo de tiempo.

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Aunque mi suegro ya estaba hundido, no me sentía bien... Porque en realidad no me importaba vengarme de él, yo solo quería que mi familia estuviese bien.

—¡Oh, genial! Ahora seré yo quien no esté con sus hijos... —Dije con sarcasmo forzado.

—Tranquila... Prometo que absolutamente todos los fines de semana los verás.
¿O acaso crees que tu esposo y tus hijos no querrán verte?—Dijo Itachi tomándome de las manos.

—Pues, sí... —Sonreí y una lágrima cayó repentinamente.

El azabache me besó.—Todo esto terminará pronto... Y cuando eso pase, todos estaremos en casa esperándote.
Kai, Mizu, Sasuke, mi madre, yo e incluso Shisui, nuestros amigos y tus padres estaremos ahí para ti... Aunque no estemos todos juntos somos una familia.

Sus palabras me rompieron y sanaron mi corazón unas 100 veces.
Fueron muchos sentimientos mezclados los que tuve al escucharlo...

—Te amo, Itachi Uchiha.

—Te amo también, Izumi... Uchiha.—Sonreí al escucharlo decir eso y él me prometió que traería a nuestros hijos para despedirnos antes de... los 5 años de cárcel. Y así fue.

Me despedí de mis pequeños... Y ellos, a pesar de no entender lo que sucedía, entendieron que esa sería un "Hasta luego" muy longevo. Fue por eso que lloraron, y al ver que me alejaba con los policías a través de las frías paredes de ese lugar, solo voltearon y abrazaron a su papá, quien los cargaba y tenía el rostro igual que ellos... Mostrándome un "Estaremos juntos, no te preocupes"...
O eso sentí.

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Tanto yo como Fugaku, ya estábamos en prisión, así que la familia Uchiha estaba muy debilitada... A ojos de los demás, claro.
Ya que realmente, todos se habían vuelto más unidos a causa del dolor...

Shisui iba constantemente a París para visitar a sus sobrinos y me visitaba también, mis padres siempre estuvieron llamando y viajando de vez en cuando para ayudar al padre primerizo de mi esposo, mi suegra Mikoto se la pasó prácticamente en la finca siempre... Fue la que hizo salir adelante a todos, y Sasuke, siempre ayudó a su hermano supervisando a los niños.

Mi estancia detrás de estas rejas no fue tan mala... Viéndolo de la mejor manera posible.
Siempre tuve a todos visitándome, y siempre apoyaron a mi familia... ¿Qué más podía pedir? La verdad es que no me arrepiento de nada.

El chico del antro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora