Capítulo XXI

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Ya habíamos recogido todas nuestras pertenencias del hotel y estábamos en la entrada del aeropuerto.
Itachi ya había comprado boletos por Internet, así que nuestro avión privado ya estaba allí de nuevo. (obviamente no era el mismo, ya que contratamos la otra avioneta por cierto tiempo que no cumplimos).

Estábamos ligeramente confiados de que en el aeropuerto no pasaría nada... Así que no me molestó separarme de los chicos un momento.

—Mi amor... Necesito ir a un baño antes de partir.

—Claro. Ve... Sasuke y yo compraremos un poco de comida rápida para el camino... En fin que ya es hora de almorzar.

—Bueno.—Dije y caminé adentrándome en ese establecimiento en busca del baño.

Dentro del aeropuerto habían lugares para comer, baños, tiendas de ropa para turistas y toda clase de golosinas... ¡Qué ganas de una! Bueno, a quien sea se le haría agua la boca de ver todo lo que ofrecía Francia desde el primer momento.

Ya había divisado los baños, entonces dejé de vagar buscando con la vista y me dirigí directamente hacia allí.

Mi paso era rápido y estaba algo alejada de Itachi y Sasuke... quienes también estaban ocupados comprando cosas. No me importó ya que sabía cómo volver, y no le di importancia no poder verlos.
Entré a los baños, hice mis necesidades... Bueno, bueno. Mucha información.

Al salir, pude sentir a un hombre acorralándome en la pared. ¡¿Quién diablos era?!

El hombre me tapó la boca y me inmovilizó apoyando su peso en mí. De pronto, lo sentí susurtándome... ¡Era el padre de Itachi! Él estaba enmascarado, de no ser por su voz no lo habría reconocido.

Obviamente se estaba arriesgando al ir a buscarnos en persona, pero seguramente sabía que sus empleados podrían hablar y contárselo todo a su esposa, entonces... Aquí estábamos.

—No voy a permitir que alguien como tú se aproveche de mi hijo... Pero si no prometes alejarte de él, los mataré a ambos...

—Y-yo... —Comencé a sollozar.—Yo no puedo dejarlo...

—¿Ah sí? Bueno.—Me ahorcó fuertemente mientras subía el tono.—Despídete de tus padres, de la universidad... De tu futuro con Itachi y... ¿Cómo se llamaba la patética niña esa? Oh, claro. Rin...
Morirán uno a uno todas las personas que amas, y si no te separas de mi hijo y arruina la reputación Uchiha, no me quedará de otra más que desaparecerlo a él también.

—¡¿Y por qué no me mata a mí y deja en paz a los demás?!

—Quiero que sufras.
Eso mismo hice con la ex novia de Itachi. Ella no murió... Pero secuestré y asesiné a su hermano mayor.
A ti te irá peor si es que llegas a ser algo más en su relación.—Me soltó.—Ah, cierto... Tengo su dirección en Tokyo.
Y... esa avioneta en donde irán no se ve tan confiable.—Rio.

El señor Fugaku me miró con una escalofriante sonrisa y se marchó sin descubrirse la cara...

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Me limpié las lágrimas y sin dejar rostro de ellas en mí, regresé con mi azabache pensando en posibilidades para darle fin a la situación y pensando en lo de la avioneta.

—Ya llegué amor... —Dije con voz algo temblorosa y con la mirada perdida.

—Izumi... ¿Todo bien?—Preguntó acercándoseme.

El chico del antro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora