Capítulo XXII

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Definitivamente estaba asustada por lo que había visto...
Itachi se había dado cuenta de lo ocurrido... Así que solo apagó la televisión y me abrazó fuertemente.

—Mi pequeña... No estamos seguros aquí.
Estoy convencido de que esto fue obra de mi padre... —Me acercó la cabeza hacia él con las manos en medio del abrazo.

—... Tengo miedo. ¡Itachi, tengo miedo!—Dije y comencé a sollozar en su hombro recordando lo del aeropuerto.

—Lo sé... También yo.
Pero juntos venceremos a mi padre... Él tendrá que entender que serás mi esposa y la madre de mis hijos.

—... Gracias, amor. Pero no quiero que sientas la necesidad de protegerme... No quiero dejarte todo ese peso solo a ti.

—Es la única forma de estar juntos... ¿Qué más se puede hacer?

De pronto, dije algo que había estado pensando desde la noche anterior... Pero que no estaba segura.

—... ¿Y si me alejo de ti?

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Itachi estaba algo molesto conmigo por la idea sugerida en la mañana, pero trató de ignorarlo y seguir con la rutina normal de sus días.

Teníamos planeado quedarnos en Francia un poco más de tiempo, así que en ese miércoles aún teníamos permiso para no asistir ni a clases ni a la universidad, entonces decidimos descansar y pensar bien en posibles soluciones para nuestros problemas.

Mi azabache se dio la tarea de protegernos a Sasuke y a mí, y la verdad lo hacía muy bien.
Se notaba preocupado... Pero nunca dejó de sonreír mientras estuvo con nosotros. Un hombre admirable.
Así duramos 4 días más... En total, descansamos toda una semana, pero ya era momento de regresar a nuestra vida cotidiana.

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—Mañana será lunes... Espero hayas hecho tus tareas, Sasuke.

—Sí, claro...
Escucha, fastidiosa, ya no soy un niño.

Reí.—Bueno... Debo admitir que no. Pero me gusta cuidarte.—Sonreí.

Cada vez estaba más cerca de ser una madre... Mentalmente. Cuidaba de Sasuke e Itachi como Mikoto-san los había llamado, "niños".
(Por cierto, como ya estamos en Japón, volveré a mi forma usual de hablar.)

Eran las 7 de la noche, y los tres estuvimos replicando la escena en el cuarto de Itachi en ese martes pasado.
Los hermanos estaban recostados sobre mis hombros mientras veíamos un anime.

Estaba feliz, gracias a nuestro viaje, nos volvimos lo más parecido a una familia, y una muy cercana. Aunque estaba aterrada por lo que podría suceder en poco tiempo...

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Al día siguiente, en la mañana, íbamos de camino a la universidad y nada parecía estar fuera de lo normal...
Todos caminaban apresurados a nuestro alrededor, como de costumbre. Las aves trinaban tan armoniosamente como siempre. Habían otros jóvenes yendo a sus colegios, etc.

—Todo parece estar bien... —Dijo Itachi suspirando mientras veía el panorama.

—Sí... Eso espero.

Cuando llegamos, se nos hizo extraño que nuestros amigos no hayan estado esperándonos, a pesar de haberles dicho que ese día regresábamos a clases. Bueno, hubo una excepción... Hoshigaki Kisame. Un gran amigo de Itachi que lo acompañaba a veces al antro.
Él fue el único que nos recibió con tranquilidad y nos contó toda la verdad...

—Hola muchachos, ¿cómo estuvo París?—Sonrió llevándose las manos a los bolsillos del pantalón.

—Estuvo muy bien... En lo que cabe.—Respondió Itachi sonriendo levemente.

—Me lo imagino...
Hay algo que debo contarles...

—Claro, dinos Kisame.—Dije con curiosidad ante la seriedad del tipo.

—... La razón por la que nadie ha querido acercárseles, es que... Estamos amenazados.—Soltó finalmente y suspiró.

—¡¿Qué?!—Dijo Itachi indignado. Aunque realmente él ya se lo esperaba.

—Sí... Así que, no sé molesten con sus amigos... Ellos simplemente lo hacen por ustedes.

Itachi dio una gran bocanada de aire y continuó.—... ¿Puedes decirnos qué fue lo que les dijeron? Si no es que esté arriesgándote mucho.

—De todas formas, yo no tengo a nadie. Así que no me afecta en lo absoluto.
Verán... Unos hombres de traje fueron a buscar a cada uno de los conocidos de ustedes dos, hace aproximadamente una semana. Tenían la orden de "advertirnos" que si no nos alejábamos de ustedes, iban a matarlos... también a nosotros y a nuestras familias.
Al inicio nadie les creyó... Hasta que anoticiaron la muerte de Kakashi. Dicen que mataron también a los 8 perros que él tenía... No quedó nada en él para realizar un trabajo de investigación.

—Por Kami-sama... —Dije cubriéndome la boca por la escena de asco que me había imaginado.

—... Kisame, gracias por decírnoslo.—Mi novio me puso la mano sobre mi hombro para darme seguridad.—Eres una gran persona... Pero sabemos que esos tipos hablaban en serio... Así que cuídate, y una vez más, gracias.

—Tranquilos. Quiero estar presente en la boda de mi mejor amigo... ¡Viviré para ir y tomar todo el alcohol que pueda!—Bromeó y nos guiñó mientras formaba un corazón con los dedos a modo de shipearnos a Itachi y a mí, que estábamos bien centrados en el marco de los dedos de Kisame.

—Así será... —Dije y me sequé una lágrima que acababa de caer.

—Gracias por todo... mi amigo.—Respondió Itachi y dio por finalizada la conversación.

Luego de eso ya no nos lo volvimos a encontrar de camino a las clases, así que aunque por separado, Itachi y yo finalizamos esa gestión de trabajo con "normalidad", claro, sin siquiera habernos visto a la cara con nuestros amigos.

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A la salida, fue todo igual... A excepción de que nuestros celulares comenzaron a sonar como locos recibiendo todos los mensajes de las personas a nuestro alrededor.
En su mayoría, eran disculpándose, pero no mencionaban la amenaza.

Aunque después de un rato, varios se dignaron a hablar, y comenzaron a desahogarse con nosotros... contándonos absolutamente todo lo sucedido sollozando por miedo.

Mierda. Muchas personas estaban arriesgando sus vidas y la de sus familias solo por preocuparse por nosotros...
En ese momento me di cuenta de quiénes realmente eran nuestros amigos...

Gai, el amigo de Kakashi... Él estaba ahí. También; Iruka, Asuma y Kurenai... Habían varias más, pero la presencia de estos fueron las que me impactaron más.
Por cierto, Rin no estaba allí. Aunque no podía juzgarla... seguramente se encontraba muy mal.

El chico del antro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora