El chico del antro

Capítulo XX

Al llegar, el rostro de Itachi se apagó claramente... Estaba hecho un iracundo.
Yo me sentía horriblemente culpable por lo sucedido... Habían ocurrido dos muertes por culpa mía.

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Mi pelinegro llegó a su finca y guardó el coche. Me tomó de la mano y sin soltarme me llevó con él a paso rápido hasta el interior de la mansión.

Entramos, y rápidamente apareció el señor Uchiha.
Quedó  perplejo cuando me vio ahí al lado de su hijo, que a su vez lo miraba con ojos asesinos.

—Itachi... Ya regresaron.—Afirmó el señor Fugaku.

—Así es.—Contestó fríamente su hijo.

—Me alegro... Me enteré de que tendrían una cita.
¿Y cómo les fue?—Preguntó fingiendo interés.

—Nada mal. Tuvimos un pequeño inconveniente... Pero ya me deshice de él.—Dijo Itachi hablando en doble sentido.

—Ya veo.—Comenzó a caminar hasta la sala, y se sentó en su sillón especial.—¡Thomas!—Llamó.

Rápidamente, un hombre joven de unos 35 años se acercó y habló.

—¿Sí, mi señor?

–Un vaso de whisky.

—Como ordene, mi señor.—Dijo el tal Thomas y fue en busca de lo pedido.

—Por cierto... ¿Has visto a Léonard?—Preguntó haciendo que el hombre se detuviera.

—N-no señor. Él desde anoche que no ha regresado.

—¿De casualidad sabes por qué?—Dijo insistente.

—No... Él solo obedeció su orden y salió, pero no ha regresado...

—Vaya... Espero no le haya pasado nada malo.
Sería una pena que fuese así... O peor, que hubiera muerto.—Dijo por último y al fin dejó ir a Thomas.

Itachi por su parte, al escuchar aquello no pudo contenerse más, y una vez que el sirviente se marchó comenzó a caminar rápidamente hasta su padre.

—¡No te permitiré hablar de Léonard!, que yo se bien lo que lo mandaste a hacer.

—¿En serio? Bueno.
Y de ser así, ¿por qué te molesta?

—¡¿Por qué?! ¡¿Quieres saber por qué?!—Se acercó más y lo tomó por el cuello de la camisa.—¡Porqué él representó más un padre para mí que tú! ¡Y es el colmo que lo hayas amenazado para hacer algo tan inhumano!

Yo no supe qué hacer... Estaba como congelada en mi sitio como espectadora.

—Itachi... Suéltame, o vas a arrepentirte.

En ese momento, el azabache obedeció y quedó parado en frente del Uchiha con respiración agitada.

—Eso es... Ahora, dime qué fue exactamente lo que pasó con el mayordomo.

—... Nos disparó, por orden tuya. Me confesó que lo amenazaste. Se entregó.
Prefirió morir en mis manos que en las tuyas.—Todo esto lo dijo mirando a su padre con ganas de matarlo, y pude notar un aura roja desprendida por él.