Halloween Sangriento

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Deduje que nuevamente tendría a Ken, Mikey, Emma y Takashi buscándome como locos por las calles de Tokyo. Pero mientras manejaba sólo pensaba en que ya no podía seguir compadeciéndome de mi misma.

Acelere a fondo y llegue donde tenían detenido a Keisuke. Cuando por fin pude pasar los controles para las visitas, me senté a esperar a que por el otro lado de la ventanilla, el chico de cabello largo apareciera por el otro lado.

No sabía que decir, pero si que preguntar, antes de salir de casa tomé la fotografía que me dio Tora, la tenía en mi bolsillo, estaba nerviosa y mientras más pasaban los minutos apretaba con fuerza la fotografía.

Y apreció.

-"Lee... eres tú...".- me dijo con una falsa sonrisa en el rostro.

-"¿Cuánto te dieron?..."- le pregunté seria.

-"Sólo 5 años... comprobaron que la causa de muerte fue suicidio, apelaron a la legítima defensa... supongo que... debieron darme más..."-dijo un poco apenado.

Que le dieran 5 años de alguna manera me dio esperanza y me alegró, aunque sean una cantidad considerable, no era la pena capital. Seguía sintiendo culpa, pero el peso que cargaba era menor.

-"Yo...no quería que esto sucediera..."-le respondí triste.

-"No digas nada aquí Leah, tampoco lo escribas en cartas... todo pasó como tenía que pasar... no tienes que sentirte culpable de nada."- me consoló desde el otro lado de la ventanilla

-"No puedo Keisuke... si cierro los ojos... aparece él... ni siquiera puedo dormir sola..."

-"Es reciente Lee... con el tiempo aprenderás a vivir con ello... sólo no caigas, si lo haces, Kazutora estaría decepcionado de mi."

-"¿Sabes lo que decía al reverso de la fotografía que me entregó?—la saqué de mi bolsillo y le mostré lo que tenía escrito—... le fallé Baji..."- las lágrimas se estaban asomando para hacer su aparición estrella.

-"Tú Lee... lo hiciste feliz... yo... no había visto feliz a Kazutora desde que éramos niños."-dijo con una sonrisa gentil.

-"Prométeme que cuando salgas de aquí... no harás nada más por tu propia cuenta."-puse mi mano en la ventanilla.

-"Te lo prometo...—acercó su mano, llevaba esposas, y la puso frente a la mía—vuelve a vivir Leah... se feliz."

La visita y poder hablar con Baji me dejo un poco más tranquila, sentí que podía continuar con mi vida sin culpa, no había asistido al velorio de Kazutora, no había tenido ánimo de hacerlo, así que decidí ir hasta el cementerio a visitarlo a él y a Shinichiro.

Pase a comprar inciensos, y flores amarillas y azules, los lirios para Kazutora y las orquídeas para Shinichiro.

Primero quise ver al hermano mayor de los Sano, necesitaba un momento con él a solas. Por lógica la tumba familiar estaba limpia, todas las semanas iba Mikey a verificar que así fuera.

-"Perdón por no venir con Ken y Mikey... aveces uno necesita momentos a solas ¿no?—le comentaba mientras acomodaba las flores—...hice cosas estupidas estos últimos días... incluso ahora las sigo haciendo... pero, sigo aprendiendo, de eso se trata vivir...—me senté en el suelo frente  a la tumba—...Kazutora, se fue contigo... no lo juzgues, era un buen muchacho... pero era tan estupido e impulsivo como yo, cuídalo, ¿si?... después de todo... sólo era un niño..."

Estuve varios minutos en silencio viendo como el incienso se consumía, pensaba en que ninguno de los dos merecía irse tan pronto de este mundo, y de las terribles maneras en que lo hicieron, cuando terminaron de consumirse, tomé rumbo en busca de la tumba familiar de los Hanemiya.

Vi a su madre a la distancia llorar en su tumba, supongo que así es cuando tienes una madre en este mundo terrenal, esperan lo mejor de ti y no quieren que nada malo te pase, a pesar de la relación que tenía con su hijo, lo amaba.

No quise interrumpirla, sólo la vi en la distancia y esperé a que se marchara, cuando ya no había nadie cerca me acerqué y ahí estaba, lo sentía, estaba totalmente limpia, tenía un par de flores negras... no entendía porque le llevaron un color tan apagado para alguien tan alegre.

-"Mira...— le mostré los lirios—...seguro que estás te gustaban más..—las acomodé para que ambos colores quedaran intercalados—...la decoración quedó igual a tu cabello negro y sus destellos rubios...—le sonreí—...también te traje incienso, bueno, les traje, vine a ver a Shinichiro-san, le pedí que te cuidara, y que te entendiera...—mientras encendía los inciensos sentí que las lágrimas salieron sin avisar— Tora... yo lo siento... no merecías irte aún... si hubiera sido yo... nadie me extrañaría... supongo que mi hermano, Mikey y Emma, pero últimamente sólo les causo problemas...¿sabes?...tu madre te extraña, y en la ToMan todos te extrañamos... tenias familia, amigos y una vida por vivir... perdóname."

De pronto sentí que alguien me abrazaba, me asusté, cuando miré hacia atrás era Takashi.

-"Supuse que estarías aquí... y si te fueras de este lado, no sólo los Sano y tu hermano sufrirían, mi mundo se acabaría completamente...".- me comentó.

Me volteé y le respondí el abrazo.

-"Takashi... fui yo.."-le respondí desesperada

-"Lo se... siempre lo supe...—me abrazo más fuerte—...él se fue feliz Gracias a ti..."

-"Yo no quería que esto sucediera..."

-"Se que no... pero... él decidió que las cosas sucedieran de esta manera Lee..."

En cierto punto tenía razón, no sabía cómo el tenía la certeza de todo ello, seguramente fue el único que vio como sucedió todo ese día, de lo contrario ya me hubieran detenido a mi por el asesinato de Tora.

-"Bien... ya tenemos que irnos a casa... Draken, Mikey y Emma estaban preocupados..."- Me comentó.

-"Creo... que ya es momento de dejar atrás este Halloween Sangriento...—le respondí mirando como se consumía el último incienso en la tumba de Kazutora—...te prometo venir siempre... y cuando Baji salga, estaremos aquí... como tu tesoro más preciado..."

Leah RyūgujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora