Tu rojo inexpresivo [Bucky Barnes y Tu]

Capítulo 59

Narrador Omnisciente

Un nuevo día llegó y con ello las noticias de lo que había pasado en la torre se extendieron hasta los oídos del tan misterioso Nick Fury.

—Entiendo. Al parecer HYDRA se infiltró más de lo que tenía pensado. Comenzaremos los interrogatorios para descubrir a cada uno de los doble agentes.

—Está bien, señor. Si me disculpa, nos retiramos. Que tenga un buen día.— respondió Bucky, con sus manos en su espalda y un semblante sumamente serio.

A su lado, _____________ se hallaba de igual forma. Había guardado silencio durante toda la reunión que tuvieron con T'challa, Wanda, Visión, Loki y Fury, e incluso ahora, concretando algunos detalles con el moreno en su oficina, solo ellos tres, se la notaba distante y observadora. Parecía estar más alerta de lo normal, pero solo ahí, en el cuartel de SHIELD.

Luego de todo salieron de allí en completo silencio y se dirigieron a la torre. Ninguno pronunció palabra en todo el camino, entre ellos había un silencio un tanto incómodo que no se debía a un malentendido, solo... no sabían cómo iniciar su conversación. Había tanto que decir y tan pocas palabras para hacerlo. Se sintieron agobiados de pronto cuando todo terminó y ellos tuvieron que enfrentar lo suyo sin tiempo siquiera para pensar. ¿Cómo comenzar? ¿Qué decir? Siquiera... ¿había algo para decir? ¿Eran necesarias las palabras? ¿Estaban listos para confirmar con un sello lo que era más que evidente que sentían? Tantas preguntas y ninguna respuesta... clara.

Llegaron a la torre y subieron en el elevador hasta la sala médica, donde yacían los Vengadores que estuvieron bajo la influencia de Laia, inconscientes.

—Entonces ______________, haz lo tuyo...— dijo la agente Hill seriamente y de brazos cruzados. Los acompañaba por seguridad y para reportar a Fury.

La nombra la miró por un momento y volvió la vista a sus objetivos. Con su mano derecha agarró la mano del Capitán América y con la izquierda la de Iron Man. Cerró sus ojos y se concentró.

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—Despierta...— una pequeña risa agradable y de esa suave palabra susurrada en su oído.—Ya es hora de despertar...

—¿Qué? ¿Qué pasó? —abrió sus ojos, encontrándose directamente con dos orbes de diferente color. El iris derecho verde y el iris izquierdo rojo.—¿Quién... eres tú?

—¿Ya no me recuerda... Capitán? —su forma cambió a la de una mujer de cabellos negros y ojos verdes.

—¿Hell?

La chica sonrió y volvió a su antigua forma, de mirada y cabello heterocromo.

—Sí. ¿No te parece extraño?

—¿Por qué... estás aquí? ¿Dónde... estamos?

—Estamos en tu mente. ¿Por qué? Porque no te haz decidido a despertar y no haces el esfuerzo por luchar en contra de Laia.

—¿Laia?

—Sí —asintió.—La presión que haz sentido desde hace tiempo, Laia. Ella invadió tu mente y la envenenó para su beneficio. Todo este tiempo, tu consciencia ha estado en tinieblas y por consiguiente, tus ojos se han nublado para que no veas la verdad. Pero... —rió.—Estoy aquí para ayudarte.

—¿Cómo?

Hell solo sonrió mientras sus ojos se volvían juguetones con un brillo destellante. Enseguida una puntada dolorosa atacó la cabeza del Capitán...

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Los ojos de Tony y Steve se abrieron de golpe y al mismo tiempo. Desorientados y aturdidos miraban al lugar dónde se encontraban. Lentamente sintieron que sus manos eran soltadas así que giraron sus cabezas para ver como _____________ abría sus ojos con lentitud, mostrando un singular brillo que se apagó ni bien se encontraron completamente abiertos.