Capítulo 5

9.3K 625 145
                                    

P.O.V ___________(T/N)

Al levantarme la mañana siguiente, me puse lo mismo que ayer y fijándome que Amelia no estuviera levantada, comencé a recorrer la casa, mejor dicho apartamento.

No era muy grande pero tampoco tan pequeña, tenía 3 habitaciones las cuales supuse que serían para dormir, la de invitados, la de ella y otra más; un baño para la casa que daba con las habitaciones; la cocina y la sala, el comedor se ubicaba entre ambas.

Observé las fotos que tenía en los estantes del mueble de la televisión, todo normal.

Después de revisar toda la casa en busca de algo sospechoso, me di cuenta de que era "seguro". Ella no me engañaba.

Más tarde usaría mi poder de la orden y haría que me dijera todo lo que quería saber.

~●~●~●~●~

-¿Quieres desayunar querida?- preguntó la mujer con una amable sonrisa. Asentí mirándola seria.-Eres muy callada y seria considerando tu edad.- mencionó intentando entablar una conversación.

-¿Mi edad?

-Sí, las chicas que tienen tus años son muy simpáticas y sonrientes. Sin embargo, tu eres muy diferente en todo sentido.- manifestó.

-Me es indiferente como son las demás.- solté simple.

Luego de eso nos quedamos en completo silencio. No diría nada de mi, nada, nadie tendría por qué saber.

Al terminar de comer la tomé de la mano, dejándola confundida y sorprendida.

-¿Qué suce...- iba a preguntar cuando la interrumpí.

-Me obedeceras en todo lo que te diga y responderas a mis preguntas.- ordené segura y seria.

Automáticamente se sentó y su rostro se tornó inexpresivo, como si fuera un robot.

-Sí, señorita.- afirmó.

-¿Por qué me ayudaste?

-Porque te veías perdida y me recordaste a mi sobrina.

-¿Planeabas hacerme algún daño?

-No, solo quería ayudar.

-¿Tienes otra casa o apartamento lejos?

-Sí. Se encuentra en un área alejada de la ciudad. Es un apartamento, el cual pertenecía a mi esposo y a mi. Está deshabitado.

-¿Tienes algún vehículo?

-Sí, un auto que me dejó mi hijo para que lo cuidara mientras regresa de su viaje.

-Bien. Quiero que me des las llaves del auto y el apartamento. Cualquier cosa, si alguien pregunta se los prestaste a una amiga de tu sobrina porque lo necesitaba urgente. ¿Entendido?- la miré atentamente.

-Sí, señorita.

Hizo lo que le dije, entregándome ambas llaves y algo de dinero junto con algunas prendas de ropa. También me pasó la dirección y el número de departamento.

-Olvidaras que me conociste. Yo para ti nunca existí.- ordené antes de irme.

Ya con eso resuelto fui al estacionamiento del edificio y apreté el seguro del auto para saber cuál era. Un auto negro Chevy Impala 2018 me respondió la instante.

Lo abordé, metiendo una mochila con cosas necesarias, entre ellas el arma, y lo encendí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lo abordé, metiendo una mochila con cosas necesarias, entre ellas el arma, y lo encendí.

Me puse la capucha de la campera que llevaba, cubriendo mi pelo; no necesito que Stark use las cámaras o lo que sea y me descubra. También para cubrir mis ojos usé lentes de sol oscuros y emprendí marcha.

~●~●~●~●~

Llegué a donde me había indicado la mujer, aparqué el auto, saqué la mochila y entré. Subí las escaleras hasta llegar al séptimo piso y la puerta con el número 56.

Al ingresar vi que había mucho polvo. Avancé con cautela por toda la estancia, sosteniendo el arma firmemente en mis manos.

Después de revisar todo el lugar y asegurarlo, dejé mis cosas en el sillón y saqué un mapa de la ciudad, el cual me entregó Amelia.

Por unas semanas me serviría estar aquí, está todo equipado, pero pronto debía moverme.

~●~●~●~●~

Narrador Omnisciente

-¿Y tienen algo?- cuestionó Steve viendo a sus amigos.

-Las cámaras de la ciudad no la captaron, se sabe esconder muy bien. No dejó rastro y con las personas que hablamos solo dijeron que era muy extraña.- respondió Natasha haciendo un gesto con las manos.

-¿Algo más?- preguntó el rubio.

-Es una ex-miembro de H.Y.D.R.A, donde aprendió a camuflarse, a pasar desapercibida, tiene todos los conocimientos necesarios y más para que no la encontremos. Me sorprendería si la hallamos en menos de 1 semana.- manifestó Bucky obvio.

-Te tenemos a ti, Buck. Tu sabes cómo piensa, quieras o no. Puedes predecir sus movimientos, tu la conoces más que nosotros.- habló seguro su mejor amigo.

El castaño suspiró y asintió. Comenzó a dar instrucciones de cómo podría hacer las cosas, las rutas que transitaría, en dónde viviría, todo lo que fuera necesario para encontrar a la albina en el menor tiempo posible.

No podían dejar que escapara... de nuevo.

~●~●~●~●~

Mientras cierta "Flor del infierno" estaba meditando todo lo que tendría que hacer, se cortaba la palma de la mano derecha con un filoso cuchillo que encontró en la cocina para dejar que la sangre corriera por su brazo, manchando así su ropa.

La herida se curó rápidamente, dejando solo el rastro del líquido rojo, el cual se secó a su debido tiempo. Le encantaba hacer eso, por razones que aún se desconocen.

Después de un momento se levantó de donde estaba y se dirigió a un lugar para dejar su mochila con todo lo necesario para un viaje de emergencia, por si había algún inconveniente y no le diera tiempo a buscar las cosas. Obviamente la dejó en un espacio "oculto" pero fácil de agarrar en apuros.

Con eso listo, se decidió por irse a dormir, no sin antes darse una ducha y asegurarse de que nadie la estuviera vigilando.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Tu rojo inexpresivo [Bucky Barnes y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora