Capitulo 30

342 30 46
                                    

《Una última vez》



"A veces, el mayor acto de amor hacia una persona consiste en desaparecer de su vida"

- Gabriel García Márquez.



Lo que había vivido era una mierda, un infierno, pero había logrado sobrevivir a ello, ambos lo hicieron y la vida le daba una nueva oportunidad.

Una nueva oportunidad de vivir, de volver a intentarlo con Steve y dejar todos sus problemas en el pasado, para darle una vida digna al bebé que estaba creciendo dentro de él.

Su bebé.

Había tenido demasiada suerte, en cuanto se desmayó lo ingresaron de inmediato y lograron estabilizarlo antes de que todo empeorara. Había estado bajo una gran cantidad de estrés y había recibido algunos golpes en su vientre, lo que todo sumado lo hizo estar cerca de perder a su bebé.

Las complicaciones se presentaron de inmediato, si no se cuidaba podría tener un aborto espontaneo, además de que debía mantener reposo total. Le recomendaron siempre estar en compañía de alguien de confianza, empezar a crear ese vinculo especial con su pareja para disminuir las complicaciones. Otra razón para no mantener mucho más tiempo el secreto.

Un poco adormilado y débil se levanto de la camilla, un poco desubicado por los medicamentos, algo que su mecido le receto en cuanto noto que no descansaba las horas necesarias y que eso afectaba su salud, pero no es como si fuera su elección.

La ansiedad, el miedo y la preocupación lo afectaban hasta tal punto de que cuando cerraba sus ojos veía a Steve en el suelo, desangrándose a sus pies. Además de que la única persona que podía calmarlo estaba inconsciente y no daba señales de despertar pronto.

No podía pegar el ojo temeroso de que Steve muriera mientras descansaba y no pudiera contarle la verdad. En más de una ocasión se acostó junto a él, justo a un lado y apoyando su cabeza contra su corazón para sentir sus latidos, sentirlo vivo.

Verlo, ahí, al borde de la muerte le hizo valorar a Steve hasta considero sentarse a hablar seriamente con él, no dejarlo ir hasta que las cosas quedaran claras entre ambos.

Harry parecía notar su comportamiento y le dio su espacio, pero se mantenía a su lado, cuidado de su salud y aconsejándolo, animándolo a decirle la verdad a Steve y de hecho practico con él esa situación, todos los posibles escenarios.

Un día, ya decidido y armado de valor le pidió a Kono que le dijera a Steve que se encontraran en el parque que estaba en el hospital. Ya era momento de terminar con sus misterios, sus mentiras y todo, además de que le dio el espacio suficiente a McGarrett para considerar la situación.

— Sabes que no debes levantarte ¿Verdad? — La voz de Harry lo desconcertó un par de segundos. Lo miro serio tratando de comprenderle —. Aun no has dormido lo suficiente y no es bueno para ninguno de los dos.

— Sabes que tengo que levantarme de aquí para ver a Steve ¿Verdad? — Se sentó en la cama con un poco de dificultad, se sentía tan débil y cansado —. Espero que, si escuche a Kono, porque nadie nos quiere dar información de él y bueno, me estoy volviendo loco.

Se sentó en la camilla y empezó a quitar las agujas de su piel con cuidado, se puso una chaqueta y camino lentamente hasta la puerta, con Harry detrás de él. Trato de mantenerse perfecto, como si no tuviera ganas de vomitar y el suelo girara demasiado.

Harry dio un paso y le tomo de la muñeca, con cuidado.

— ¿Has considerado todos los escenarios? — Le pregunto algo miedoso.

McDanno: Just for YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora