Capítulo 23

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《Me lastimaste》

"La infidelidad y la mentira no son baches, son razones para romper"

- Patti Callahan Henry


Al parecer enterarse de su embarazo hizo que todos los síntomas despertaran de golpe o la decisión que tomo.

Estaba mucho más irritable de lo normal y nadie podría mencionar a Steve porque se ponía realmente molesto y empezaba a gritar, reclamar además de que se cansaba demasiado por solo mostrar su punto de vista.

Los antojos saltaron a la vista, en más de una ocasión hizo correr a Harry por la madrugada para que cumpliera sus caprichos. Aunque lo peor era que cada mañana o después de comer algo devolvía todo, eso lo volvía loco y apenas llevaba unos días de conocer su estado.

Volvió a vaciar tu estómago, su piel de gallina con cada arcada y la sensación de vació horrible. Justo allí, arrodillado en el suelo del baño descubrió que tan solo estaba realmente.

— Solo resiste — Su madre siempre lo esperaba detrás de la puerta. Aunque ella quería estar a su lado y una parte también lo deseaba, la odiaba, estaba resentido por la gran mentira —. Los primeros meses serán así, luego pasará y todo habrá valido la pena cuando lo tengas entre tus brazos.

Limpio por el dorso de su mano su boca, bajo la cisterna y se apoyo en el lavamanos. Sin verse en el espejo mojo sus rostro hasta que los mareos desaparecieron, luego lavo sus dientes con demasiada crema dental para desaparecer aquel amargo sabor.

Cuando se sintió un poco más presentable miro su rostro en el reflejo. Su cabello estaba más sedoso y brillante de lo normal, su piel suave y tersa, no todo era malo durante el embarazo.

Salió del baño con una pequeña sonrisa, no le respondió a su madre, pero su cara decía demasiadas cosas. La mujer se acercó a él, acaricio su espalda cuidadosamente y beso su frente, justo lo que hace su madre cuando su hijo se siente mal.

— Te prepararé un té — La mujer siempre trataba de ser amable y apoyar a su hijo, aunque suele ser irritante —. Me ayudo mientras te esperaba, es milagroso.

Se acostó en la cama, tomo una de las almohadas y la abrazo con demasiada fuerza. Contuvo las lagrimas y el desgarrador grito que saldría de su garganta en cualquier momento. Estaba demasiado cansado y triste para continuar, aunque apenas habían pasado unos días ¿Sería así de difícil siempre?

Estaba demasiado mal, se podría decir que deprimido. Extrañaba demasiado a Steve y cada momento que tenía para pensar dudaba de su decisión, de lo egoísta que fue, pero siempre se convencía de que era mejor para todos, para Steve y eso es lo que contaba. Su felicidad.

Enterró su rostro en la almohada mientras acariciaba su vientre, con cuidado y lleno de ilusión. Lo que siempre lograba animarlo de su pequeño dolor era imaginarse a su pequeño, el color de sus ojos, de su pelo, en como sonaría su sonrisa y en si seria niño o niña. La verdad es que no le importaba para nada como es que fuese su hijo, lo amaría con todo su corazón.

Una sonrisa apareció en sus labios al imaginarse a un niño corriendo por todo el lugar, soltando carcajadas contagiosas mientras jugaba y por último saltaba a los brazos de su padre, a Steve.

Era muy masoquista de su parte al imaginarse una vida con Steve a su lado, cuidándolo a cada paso de su embarazo como le había prometido, pero esa era la forma en la que manejaba su separación. En la forma de confrontar su dolor, si recordaba lo que perdió se obligaba a avanzar y tener algo que se compare con la vida que perdió. Debería esforzarse para darle una vida digna a su hijo.

McDanno: Just for YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora