Un nuevo comienzo》
"Todo hay que volver a intentarlo...
El amor no tiene por qué ser una excepción"
- Julio Cortazone.
Todo su cuerpo pesaba demasiado, como si estuviera hecho de piedra. Su boca, completamente seca y con sabor a metal acompañado de un insoportable dolor de cabeza.
Se concentro en otra cosa que no fuera ese pulsante dolor, tratando de recordar la razón de este. De inmediato todo volvió a su mente.
El juicio, el cansancio, el insoportable dolor en su espalda que pronto se combino con el peor dolor en su abdomen y la vista nublada que inicio como un mareo. Lo demás estaba en blanco, somo si se hubiera desmayado.
De inmediato se levantó de donde sea que encontraba, aun tenia sus ojos cerrados y todo dolía. Puso una mano en su vientre y aun lo sintió abultado. Soltó un suspiro de alivio.
Cuando abrió los ojos, ya calmado se vio en una habitación completamente blanca, el olor a hospital lo inundo de inmediato y el constante sonido de una maquina que indicaban sus latidos.
Giro a un lado, logro ver que había un sofá cama, completamente desordenado indicándole que alguien había estado allí, pero no había indicio de quien se trataba.
Estaba por oprimir el botón para llamar a la enfermera cuando la puerta se abrió de golpe. De inmediato y de espaldas a él entro un hombre, alto y fornido, tardo un par de segundos en reconocer que se trataba de Steve.
— ¿Tú que haces aquí? — Le cuestiono de inmediato, molesto y ofendido, aun a pesar de que su garganta quemara.
Esperaba ver a su madre, a Harry e incluso a su padre con quien tenía una relación demasiado tensa. No a Steve.
McGarrett giro sobre su eje con el ceño fruncido, lo observo unos segundos con sus manos en alto sosteniendo un café antes de soltar un largo suspiro.
— Hola a ti también — Saludo de forma cortes. Camino lentamente hasta el sofá donde había pasado las ultimas noches y dejo su café de lado —. ¿Cómo te sientes?
Danny lo miro desconfiado y ofendido, su presencia le molestaba demasiado por lo que no respondió de inmediato, aunque claro, también tenia que ver que su garganta dolía demasiado.
Steve lo ignoro, se levanto del sofá y le sirvió un vaso de agua para posteriormente tendérselo amablemente, pero no lo recibió.
— No tiene veneno si es lo que crees — Lo agito en el aire, pero al ver la negativa del rubio le dio un pequeño sorbo —. ¿Ves? Es seguro tomar.
Lo miro receloso un par de segundos antes de aceptar la bebida. Aquella agua se sintió como gloria, refresco cada parte de su cuerpo que toco y lo lleno de energía, en silencio le entregó a Steve el vaso pidiéndole más.
En cuanto estuvo satisfecho se sentó en la camilla bajo la atenta mirada del Alfa, aun le quedaba un poco de dignidad como para aceptar su ayuda.
— ¿Qué haces aquí? — Le volvió a cuestionar bastante molesto y casi gritándole.
— Te cuido — Le respondió McGarrett con calma.
— No necesito que me cuides.
— No lo creo — Steve le sonrió socarrón, sabiendo que eso solo le molestaba más —. Ahora necesitas total reposo, casi absoluto.
Soltó una risa incrédula.
— ¿Reposo? ¿De que hablas?
Steve le miro serio, como si consideraba que decirle. Simplemente levanto su mano, pidiéndole un minuto y de inmediato salió de la habitación, pasaron un par de minutos cuando Malia entro con su uniforme perfectamente arreglado seguido de Steve.
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McDanno: Just for You
Fiksi Penggemar- ¿Qué te parece tomar unos días libres? Podrían ser unas semanas y alejarnos de la ruidosa y peligrosa Jersey ¿Qué dices? - ¿Unas vacaciones? - Levanto su ceja desconfiando, aun no sabía a qué quería llegar el Alfa -. Suena tentador, pero en estos...