Capítulo 10: El fondo de la acción.

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—¿Qué tuvo que pasar para meter a una mujer en esto?

—Ya te dije que esa cosa no es una mujer ni un humano, dicen que ni siquiera es hija de sus padres. Llegó de un día para otro igual a una plaga y bueno, igual que otros solo queremos comer ¿No aplica lo mismo para ti?

Sensaciones que se mezclaban surgían, lo más lógico era haberse ido de ahí y tragarse el orgullo, después de haber sido echado de la mansión Lorca era una clara señal de que debía alejarse de ese lugar, pero tenía muchas sensaciones encontradas, miedo, enojo, confusión, desesperación. Profundamente enterrada aún estaba una gota de esperanza y tranquilidad, una sensación parecida a encontrar un tesoro que hacía años no tenía ¡Si podía entregar paz y felicidad lo haría! Si su voz era un don sería un desperdicio no compartir todo lo que era capaz de compartir mediante su canto.

El guardia notó el repentino cambio en la mirada del muchacho, seguramente era un lunático. ¿De dónde había venido? Un aura pura y semejante a la de una doncella era despedida por el sucio cuentacuentos. Tenía la cara llena de sangre y cortadas por un látigo pero mantenía su expresión casi sacerdotal, no, no era una expresión de tal tipo, era más parecido a un noble, la fineza en su rostro le recordaba a alguien que no le agradaba. Ni idea, mejor solo se dedicaba a vigilarlo.

La tarde caía inclemente y Azura desgastaba todas sus fuerzas en una presa, un zorro había llamado su atención por ser un ejemplar magnífico. Lógicamente lo había perseguido, tan centrada estaba en conseguirlo que no se percató cuando cruzó por un misterioso estanque, mientras se acercaba al río fronterizo sentía una fuerza inusual que la consumía por completo, creía ser más ligera y con ello su velocidad aumentaba, estaba por asestar el golpe maestro sin notar algunas raíces enredándose en sus piernas hasta verse en el piso, el zorro continuó corriendo desaforado. La madriguera del animal no debía estar lejos, intentó zafarse, todo intento fue en vano, las raíces parecían apretar más su pierna entre más quisiera zafarse.

Desesperada, cortó las plantas y continuó corriendo tras su presa. Cargó su rifle y cuando disparó a la columna del animal, éste cayó abatido, aún estaba vivo pero no podía moverse. Había disparado con cuidado para no dañar la piel así que no podía continuar como lo haría con cualquier otra presa, solo la separaban cinco o seis pasos del moribundo animal que aún luchaba por levantarse. Un brillo cegador emergió del zorro y como si de una vestidura se tratara la piel cayó al suelo, dejando paso a una mujer tirada en el mismo sitio donde antes estaba el canino, la criatura estiró la mano y susurró algo inentendible aún cuando le escurría sangre de la boca, las plantas y los árboles cercanos parecieron proteger a la desconocida e intentaron asfixiarla, sin aviso algo pasó.

No sabía explicarlo del todo, pero cuando volvió en sí, negras estacas salían del piso, ella estaba lejos de donde la habían atacado y la cosa estaba muerta, apuñalada por muchas cosas horribles. El brazo izquierdo le dolía como los mil infiernos, sentía que se quemaba y tenía un dolor que el ser humano nunca entendería aún con las más viles palabras. Se puso de pie con mucho trabajo ya no le interesaba ese animal, le dolía la cabeza y estaba aturdida, las estacas volvieron al piso y dejaron caer el cadáver de... eso. Buscó un cuerpo de agua cercano para poder refrescarse, llegó hasta el estanque que anteriormente había ignorado, estaba a la sombra de altos árboles y en sus orillas crecía una peculiar formación micótica, un perfecto círculo que inspiraba cierto temor. Cansada de todo ese asunto metió el brazo en el estanque y pudo sentir como otra mano la jalaba al interior del cuerpo de agua, pero esa mano se había alejado gritando de dolor y el suyo había disminuido. Asustada sacó su extremidad del estanque y alzó la cabeza para ver al mismo perro de días atrás, más grande, más imponente. Pero nunca atacó, solo la miraba fijamente y se iba, de nuevo.

La sombra de las aves. El fénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora