Capítulo 31: Invierno en las alturas

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-Puedes hacerlo con una escoba ¿Sólo necesitas el canalizador no?

-No realmente, podría romper el palo de escoba a medio hechizo si no es un canalizador adecuado y no puedo salir a buscar el bastón ahora porque se vería la escopeta y tu caja.

-¿Enserio no puedes intentarlo con el palo de escoba? Recogeré todo el desastre que hagas ¡Por favor Lucila!

La princesa, viendo aquella penosa situación, sabiendo que en ese momento era lo único que podía hacer, tomó la escoba caída y recitó el hechizo que podría solucionar la situación. "Si de las cenizas nace el fénix, de las ruinas un reino, entonces renace con grandeza, resurge, reconstruye y muestra lo que la llama del sol enciende. Cristal, vuélvete arena y de nuevo cristal." Sus manos se movían graciosamente dibujando en el piso con el agua sucia la runa del resurgimiento, entonces la cristalería quedó reducida a nada y luego cuando terminó con el símbolo del sol, la runa entera brilló llamando la atención de los sirvientes y de todos ahí, incluido un peculiar hombre que entraba por la puerta acompañando al mercader, quedó maravillado con el centenar de pájaros cantores que convocaron a un espíritu solar, quien se posó sobre los restos y después de cinco minutos, la cristalería rota se convirtió en una preciosa vajilla teñida con un ligero tono dorado y rojizo, como si realmente hubiera sido bañada por los rayos del sol.

Azura se le quedó viendo ¿Cómo es que no tenía cerebro para simplemente hacer un hechizo de reparación? eso hasta ella lo sabía pero había que decirlo en voz alta, debió haberla detenido desde el inicio y ahora sólo tenía ganas de golpearla pero no se atrevía a hacerlo por alguna razón que no iba a admitir que era miedo.

Pronto unos aplausos resonaron en el salón, el hombre que acompañaba al mercader estaba gratamente impresionado y prometió al mercader pagar lo triple que le pidió anteriormente y le dijo que la vajilla era simplemente preciosa antes pero ahora era perfecta, simplemente inusual y única, como su cocreadora. La cazadora echó una rápida mirada, elegante, ropa cómoda como un... ¡Un aeronauta! Las gafas en su gorro, la bufanda, las botas. Tuvo que retener sus ganas de abalanzarse sobre el hombre y empezar a preguntar sobre sus viajes. Algo en él le parecía monstruosamente familiar pero regresó a su papel de guardaespaldas cuando vio el revólver colgando en su cinturón, sin esperar otra instrucción jaló al magii, manteniendo la presión en su herida, para posicionarse frente a la princesa.

-Señorita, veo que tiene guardianes extremadamente atentos a su seguridad pero poco atentos a la cortesía, no se han presentado...

-Él no puede hablar y yo sólo estoy esperando a que usted se presente señor- Respondió Kavi, poniéndose detrás de Grimm y soltándose de la presión. Para servir como un segundo muro en caso de necesitar huir, incluso Metz regresó del jardín y se colocó entre las piernas de la más joven por si tenía que hacerse grande.

-¡Ah qué descuido! Me llamo Julius Entrev- Tras escuchar su nombre, Grimm dio un suave y casi imperceptible respingo -soy aeronauta y escritor. Amigo de los dueños de esta casa y por lo que entendí, ustedes son unos invitados muy casuales aquí y por tu fisonomía estoy casi seguro que no eres del estado ¿Me equivoco?

Al pobre muchacho casi le da un infarto, gracias a su palidez no se habían dado cuenta de que era un magii pero ahora que se estaba recuperando no sería tan difícil adivinar su origen. Supo que en aquella casa no tenían lugar ni autoridad ¿Algo debía decir que los mandaron al ático no? Si iniciaba una pelea la más afectada sería Grimm por no tener cómo defenderlos y tendrían que volver a incomodar a Lucila Se disculpó tanto con el comerciante como con todos los demás y procedió a presentarse junto a sus compañeras.

-Lo siento, lamento mi comportamiento señor, deberá entender que si estamos aquí es por que no somos bien recibidos en otros lugares y debemos permanecer alerta para evitar que dañen a nuestra señorita. No tengo nombre pero me dicen Avecilla, mi compañero se llama Eriot pero en nuestro trabajo regular nos referimos a él como Grimm, como dije antes él no puede hablar así que ruego lo disculpe.

La sombra de las aves. El fénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora