Capítulo 5

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Brina

-¿Sabrina en qué momento vas a usar el maldito vestido que te compre?! -Grito mi madre en cuanto me vio sentada en el sillón que se encontraba en la sala, y verme con mis típicos pantalones para vestir, en mi opinión estaba lista, pero para mi madre estaba en mis peores fachas, un pantalón en su opinion no es apropiado para ir a misa,mi madre es católica y estoy obligada a acompañarla a misa cada domingo, es fiscal del distrito ¿y asiste a misa?,
-por que es incómodo madre -respondí sarcástica y volcando los ojos sin dirijirle la mirada
-como quieras -respondió, -vamos que ya es tarde -y con toda la pereza del mundo me levante del sillón y nos dirigimos a la iglesia que se encontraba a 6 calles de nuestra casa.

Había pasado un mes exactamente desde el primer día de clases y ya había hecho algunos amigos, dos especialmente, Alex eh Ivonne.,
Alex es gay, es lindo educado atractivo de cabello rubio y brilloso como Rapunzel, si yo también quería cantar 'Flor que da furgor' cada vez que me acercaba a él, sus ojitos eran de color café chocolate oscuro que no brillaban ni siquiera con los rayos del sol, era social y para ser sincero, se maquila muchísimo mejor que yo, lo que se supone que yo creía que era un delineado, los de él parecían recién salidos de un salón de belleza y sus labios brillosos por un labial color rojo cereza que incluso estando cerca de él llegaba el olor a aquella fruta ya mencionada.
Ivonne era muy presumida, Sus ojitos era de color verdes oscuros que sólo brillaban en cierto momento, su cabello castaño y largo que llegaba a la cintura de su cuerpo, siempre vestía de faldas oh vestido, combinandolos con mallas de distintos colores y cargando siempre en su hombro una bolsa de mano de diferente color pero siempre del mismo color que la ropa, si era odiosa pero es de las pocas mujeres que me ah dado buena espina y que sin duda su increíble manera de poder aclarar tus ideas con la absoluta verdad, es algo que nos ah llevado a forjar una amistad única y sorprendente.

Mi hogar se encontraba en uno de los fraccionamientos más populares del puerto, se encontraba a 15 min cerca del océano y lo rodeaba un jardin enorme con flores brillantes y bien cuidados de todo tipo, cada vecino que habitaba el fraccionamiento tenia la tarea de cuidar y regar aquel jardin cada semana, aunque se ocupe un día entero para completar dicha tarea, cada vecino tenia el deber de cuidar el jardín, ya que de no hacerlo se le castigaria con una multa.

Llegamos al fraccionamiento, y al tomar la avenida grande llegamos a casa, junto frente al colegio, que incómodo es vivir asi,una vez llegando a casa y haber bajado del auto de mi madre,camine rápidamente hacia la puerta principal para dirijirme a mi habitación y dormir como un bebe recién nacido, pero aquel plan placentero y bello que solía crear en mi mente se vio arruinada al escuchar la voz de las personas más fastidiosas del planeta

-¡Sabrina! -gritaron mi tia y mi prima al unísono, gracias Dios ese es mi pago por asistír a tu templo,

-hija mia ¡estas enorme! -comentaba mi tía al darme una abrazo al mismo tiempo que llegaba el olor de su colonia a mis narices, es un verdadero asco.

-Una mujer muy, hermosa apuesto que tiene un sin fin de galanes a su espalda -añadió mi tia al voltear a la derecha y guiñarle un ojo a mi mamá.
-Claro, es igual de hermosa que su madre -contestó mi madre al abrir la puerta principal.

-¿por qué no van las chicas por una soda grande para las cuatro en lo que nosotras bajamos nuestro equipaje?-

(¿nuestro equipaje?por favor diganme que no se van a quedar)

-Claro-añadi dando una de mis sonrisas más hipócritas que puedo crear.

-¡vamos!-Grito mi prima emocionada y creando una sonrisa alegre. -pero no me tomes de mis brazos -añadi mirándola con ojos entrecerrados.

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