Capítulo 28

26 14 2
                                    

Brina

-¿Segura que estás bien? -

-Si, estoy bien Erick-

-Te noto algo molesta -

-Solo estoy...cansada, eso es todo -

-podemos ir a otro lugar si gustas -

-Si, vamonos, ya no quiero seguir aqui-.

Habiamos decido estar en el muelle observando el atardecer, Erick se sento de mi lado izquierdo, tomando mi mano, contemplando los hermosos colores que las nubes creaban por los rayos de sol, crei que, después de tantos dias y horas de llorar, el muelle mw traería paz, me haría sentir en un estado de tranquilidad, pero no fue asi, estar ahi me hizo sentir miserable, rota, sola, el muelle no era el mismo sin el, y aunque intente de hacer ese lugar mío otra vez, no lo logre, me hundi más en mi tristeza, el muelle le pertenecía a Nick, nos pertenecía, no podía compartir el muelle con alguien más, intentaba reemplazarlo, pero entendí algo, nadie es Nick, jamas amare tanto como ame a Nick.

Conocí a Erick en las orillas de la playa del Adoquin, el Adoquin, es una avenida gigantesca de Puerto Escondido donde puedes encontrar una gran variedad de bares, restaurantes, antros, hoteles, tiendas y locales que venden recuerdito,el lugar es hermoso, y más cuando la luz de la luna toca sus rincones.

Habia caminado por la gran avenida intentando distraerme de mi dolor, ya han pasado meses desde mi ruptura con Nick y me dolia tanto como el primer dia, no comia en absoluto, y dormía a altas horas de la madrugada debido al llanto que provocaba mi dolor, me dolían los ojos, mi garganta dolia de tantas veces que grite, mis manos dolian de tantas veces que apretaba mi almohada llorando y sintiendo los punzones en el pecho, habia adelgazado demasiado, todo me recordaba a el, cada rincón de mi casa, cada calle de la ciudad, cada canción, cada película, cada dia de cada hora me acordaba de el, no podía olvidarlo, me habia hecho dependiente de el, lo había colocado en un pedestal del cual el mismo se bajó, dolia su recuerdo, más de una vez intente llamarlo con la idea de volver con el, de contarle lo mucho que lo amaba, y que no podía estar ya sin el, pero el orgullo me gano, el orgullo evitó que cometiera un gran error.

Apesar de las tantas llamadas y mensajes perdidos que recibía de Ivonne y Alex, jamas me abandonaron, jamas estuve sola, visitaban mi casa constantemente y me abrazaban de tal manera que el calor de sus cuerpos calmaban el frío de mi alma, sus palabras de salir adelante siempre estaban ahí, los amaba, los quería con mi corazón. Estaba muy mal, estaba muerta por el amor de un hombre.

Me encontraba sentada en la playa esperando que las olas del mar chocarán con la arena y mojaran mis pies, necesita paz, ahi, lo conocí, Erick era de cabello negro y lacio, ojos negros como el abismo y su piel color canela bronceada y escultural que llamo mi atención al instante, su voz era tan masculina y ronca que me sorprendía que pudiera existir.

-El mar es único-comento acercándose a mi.

-Lo se, el mar es mágico, sus aguas son infinitas -comenté con tono apagado.

-Asi es, y contiene historias increíbles que hace falta contar, soy Erick- se presento estirando su mano para estrecharla el cual acepte.

-Sabrina-

-¡Woow!, que gran nombre-

-Gracias, ¿y que haces aqui? -

-Solo caminaba, al hacerlo te note triste y quise conocerte-.

-¿solo por verme triste? -

-Crei que la compañía te haría bien, ¿A quién escuchas?-no recordaba que traía los audífonos puestos.

-Es "Air Supply, la canción se llama" All out of love "-comenté al mismo tiempo que compartía uno de mis audífonos.

-Algo triste ¿no crees? -

-No cuando estás frente al mar -.

Esa misma tarde, Erick me acompañó hasta casa, le agradecí su compañía y me adentre a mi hogar sin nada más que decirle, observe mi teléfono celular y como lo crei, tenía miles de llamadas perdidas de parte de Nick, moría por responderle, pero tenia que tener mi orgullo del alto pero al momento de querer apagarlo, un mensaje llegó

*Erick
Me dio gusto conocerte, espero verte nuevamente.

Erick había estado llamándome en estos últimos días, Alex me había comentado que, no debía ni tendría por qué ahogarme en mi propia miseria, necesita un poco de aire, un alma perdida necesitaba encontrar un nuevo camino, así que, entre tantos mensajes y llamadas en las madrugadas, acepte las citas con Erick.

Siempre se comportó amable y cariñoso conmigo, siempre cargaba consigo flores que, aceptaba a duras penas, Nick era quien me regalaba hermosas rosas y quien por primera vez en mi vida, habia tenido el valor de regalarme enormes arreglos florales solo por el simple hecho de existir. Erick me hacía reír, contaba chistes tan malos que me era imposible no reirme por su falta de humor, sus llamdas eran largan y por ciertos momentos lograban calmar mi enorme tristeza, decidí abrirle las puertas de mi vida, decidí estar con él.

Estando con el y sus hermosas salidas que con él paso del tiempo, se tornaban lindas y llenas de alegría por momentos, pedi su compañía al centro comercial para comprar chocolates, estando fuera del local debido a la enorme fila que habia en ella, el tomo una mis manos dando un pequeño beso, sentí mi piel erizarse, Erick hiba demasiado rápido, pero me sentía en paz, creaba en mi la confianza que necesitaba, y sin pena y la valentía del mundo, se acercó a mi, robándome un beso.

Sentí sus labios calidos y suaves, sentí como mis ojos se cerraban y se dejaban llevar por aquel beso lento, pero sin sabor.
En ningún momento comentó que olía a Vainilla, Nick solia decir que, quien no encontrara mi verdadera esencia, realmente no me quería, Dios, mi cabeza daba vueltas, quería separarme de el por qué aun amaba a Nick, pero sus besos eran hipnotizantes, me habían atrapado de tal manera que no me aleje de el, creaba en mi deseo, y la esperanza de que todo estaría bien.

-Espera -lo empuje tratando de respirar.

-Perdon, no quise incomodarte, si quieres, me alejo y.. -.

-No-interrumpi-solo, vas muy rápido, ve mas despacio -

-Prometo que no volvera a pasar-

-Quiero que ocurra de nuevo, quiero estar contigo -

Asi de mierda me sentí, ocupando a otro hombre para olvidar y cubrir mi dolor, pero decidí cambiar, decidí tener una nueva vida, un nuevo recuerdo.

Café Eterno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora