40

172 18 92
                                    

Harry se tambaleaba de una lado a otro mientras Louis soportaba su cuerpo, realmente su marido no era muy pesado, pero sumando la torpeza con la borrachera estaba siendo un gran trabajo.

—¡LOUIS!— comenzó a girar y girar y girar.

El castaño se rio cuando se dio de bruces en un teléfono público y cayó. Harry también se rio una vez que estuvo en el suelo. Su nariz sangraba, pero estaba bien, se sobaba la barriga mientras reía a carcajadas.

—No dejaré que vuelvas a tomar nunca más— lo limpio con su camisa y le ayudó a poner de pie.

—No, no dejes que vuelva a tomar nunca más—estiró los labios y se dieron un pico.

Se puso de pie y comenzó a bailar un vals con Louis, quien gustoso bailó mientras negaba. El castaño también estaba borracho, pero siendo él quien siempre iba a fiestas ya le hacia pocos gestos al alcohol, y las bebidas ya no le hacían tanto efecto como antes.

—Harry, por favor, deja de bailar— pidió—. Quiero a hacer pis, ¿puedes quedarte quieto?

—Si, señor— hizo un saludo militar y se quedo firme en la calle.

—Si, cariño, pero muévete o te atropellara un auto— negó mientras buscaba un lugar oscuro.

Lo tomó de la mano y lo situó en un lugar mucho más seguro en la acera.

—No puedo quedarme viudo después de una semana de haberme casado— se rio.

—No te quedaras viudo nun-ca— dijo Harry arrastrando las palabras, estaba quedándose dormido de pie.

El rizado no estaba muy acostumbrado a beber, lo hacía de vez en cuando, en casa siempre estaba con Niall, quién le recordaba cada vez sus límites, lo cual agradecía con todo su corazón, Louis a veces lo cuidaba cuando bebía, pero naturalmente estuvieron enrollados en secreto por mucho tiempo, antes, sus ojos azules eran lo único que Harry tenía para saber que las cosas iban bien, nada de palabras, besos, caricias, nada. Era un milagro que por fin estuvieran juntos de verdad, sin ocultar lo que eran, sin que Louis ocultara su verdadera personalidad, sin que Harry tuviera que estar triste todo el tiempo, porque las únicas veces que tenia a su castaño libremente era cuando estaban en el auto o en su habitación, vaya mierda. Ahora todo era como siempre lo habían soñado, como siempre habían alucinado y hablado en la habitación de Harry, aunque hay que mencionar que siempre lo hablaban como si se tratara de algo imposible, de algo que nunca, de verdad, nunca iba suceder.

Harry se acercó y también hizo pis, después de un rato estaban los dos sentado en medio de una plaza comiendo algo que parecían tacos, no estaban muy seguros de lo que comían, pero sabía de puta madre, compartían una Coca-Cola. Comían en silencio mientras la borrachera se les iba bajando poco a poco, ambos quedaron llenos, pagaron y siguieron caminando. Era fin de semana, el lugar no tenía ganas de dormir, pero ellos si, querían estar la habitación llena de lujos, con las almohadas acariciando su rostro, querían estar acurrucados de una buena vez.

No más fiesta...

... antes.

—¡Shot, shot, shot!— decía el castaño.

Harry brincaba mientras el vaso de tequila se vaciaba en su camisa, su piel se tornó visible.

—¡Lo estás tirando!— Louis se reía de él.

—¡Aquí voy!— tomó un shot más y lo apresuró por su garganta— ¡Ah!— agitó la cabeza, cerró los ojos con fuerza.

—¡Eso!— se acercó a él y le dio un beso en los labios, un beso que tenia sabor a fiesta, cigarro y alcohol.

Secretos ✨L. S✨LT. ~COMPLETA~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora