Secretos ✨L. S✨LT. ~COMPLETA~

52

Cuatro años después.

—Profesor, ¿puede atendernos?— dijo una chica en la puerta.

Harry estaba algo enojado después de haber recibido un mensaje de Louis.

—Si, pasen— contestó hostil.

Después de un segundo se levantó cuando escuchó la voz de dos pequeños en el pasillo. Mierda.

—Dijiste que los trajera si tenía entrenamiento—dijo el castaño con ojos asustados.

—Hace una semana, antes de tuviera trabajo con los exámenes y alumnos inconformes— gruñó.

Se asomó por la ventana.

—¿Me pueden esperar un par de minutos?— los chicos asintieron, luego volvió sus ojos iracundos a Louis— Te escucho— suspiró, clavando el bolígrafo en su moño alto.

—Lo siento, dulzura, pero tengo que ir al club...

—¿Mamá?— Louis negó— ¿Gemma?— volvió a negar— ¿Los chicos?

—Bueno, Liam y Zayn están arreglando algunos papeles de la adopción y Shawn y Niall, bueno, es que los conoces...— se rascó la nuca.

—Ya. Louis, aún tengo varias clases, además de chicos que se han ido a extras...

—Pensé que tu clase era fácil de acreditar— lo interrumpió burlándose.

—Si no entran es obvio que reprueban, tú mejor que nadie debe saberlo— alzó la ceja, sonrió a penas.

—Bien, si, si, me gradué de milagro, ¿qué quieres que te diga?— se rio de él mismo.

—Bueno, como te decía, aún tengo varias clase, ¿podría ser que si acabas antes que yo puedas venir por ellos?— dijo tomando las cosas de los niños.

—Si, le diré a Niall que pase por ellos.

—Bien— rodó los ojos.

A veces los entrenamientos se alargaban hasta la noche, cosa que le molestaba al rizado, cuando había tiempo de entramientos Louis casi no estaba en casa y los niños preguntaban por él, entonces se veía obligado a llevarlos a los partidos para que lo vieran desde el palco.

—¿Entonces?

—Mis amores, ¿pueden entrar y sentarse a lado del escritorio?— dijo con aquella voz melosa que usaba con los niños.

—Si— chilló Arte con su voz aguda.

Los niños entraron corriendo, todos en la escuela ya los conocía, pues aprendieron a caminar entre pupitres, a correr entre adolescentes, a comer entre chicas encantadas con sus ojos de color gris.

—Ya me voy...— dijo Louis tentando el terreno.

—Dame un beso— le gruñó.

El castaño asintió, lo pegó a su cuerpo y le dio un beso corto, pero algo apasionado, Harry se rio cuando le dio un lametón en la nariz, era demasiado fácil contentarlo, o quizás es que Louis era irresistible, o quizás es que Harry nunca podía enojarse con él... o las tres cosas al mismo tiempo.

—Te veo en casa, haré todo lo posible por no llegar tarde, en caso de que no sea así, les llamaré.

—Muy bien— asintió—. Te amo, cuídate.

—Yo te amo más, dulzura.

Lo vio alejarse con aquel culo de fantasía, sus piernas mucho más torneadas que antes, su cadera de un lado a otro y su cintura tan diminuta que ocasionaba envidia entre las féminas. Agitó la cabeza y entró.