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—Detesto esto.

—Vamos Louis, tú escuchaste a Harry —Eleanor dijo mientras rebuscaba entre el quinto organizador de ropa—. Si no llevas ropa más adecuada no entras, y si no entras, repruebas.

Louis suspiró con pesadez ante el recordatorio. Habían pasado algunos días desde que casi se arruinaba su reputación, las cosas estaban bien, o al menos tan bien como podían estarlo. Su presentación con los amigos universitarios de Sylvester fue un éxito, lo recibieron como a uno de los suyos y pasaron una noche divertida y alocada, razón por la cual al día siguiente amaneció con una resaca que él juró, le volaría la cabeza, y terminó vomitando el baño de la casa de Sylvester, donde todos pasaron la noche gracias a su alto grado de intoxicación. Todos, a excepción de Luke, quien había desaparecido desde su encuentro con Louis. Sylvester fue el único en recibir un mensaje de su parte que simplemente le informaba que saldría de la ciudad, eso fue todo. Ninguno de sus amigos le tomó importancia, pero a Louis le inquietaba su repentina ausencia después de lo qué pasó entre ellos ya que aún tenían asuntos por aclarar, por ejemplo -y aunque lo Louis lo agradecía-, la discreción por guardar su secreto.

Fuera de eso, Louis reputaba a los demás de la misma manera que siempre: Zayn tímido, Eleanor entusiasta, y sobre todo, Harry irritante.

—Si alguien me ve aquí, estaré jodido —declaró Louis con disgusto—. ¿No podías venir sólo tú?

Harry Styles y sus clases eran la causa por la que en ese momento Louis, Eleanor y Zayn se encontraban en una tienda de artículos de ballet, pues según las exigencias del estricto entrenador, que Louis cambiara su pants deportivo por la vestimenta adecuada era primordial.

—Nadie te va a ver —Eleanor repitió por tercera vez en el día, comenzando a cansarse de las múltiples quejas de Louis—. Y no soy tu asistente como para venir yo sola.

Louis resopló y luego miró a Zayn, quien permanecía sentado en silencio en una de las bancas de la tienda. Lo había llevado consigo hasta ahí porque reflexionó que, si debía pasar un día de compras en un lugar que no le apetecía, Zayn debía estar ahí para acompañarlo. Lo definió como la responsabilidad del mejor amigo.

—Después de esto te toca a ti —Louis apuntó hacia él.

El entrenador Horan le había aplicado el mismo ultimátum a Zayn sobre usar ropa deportiva que se adecuara a la actividad

—Mamá ya te ganó —le informó Zayn en un susurro—. Entró a mi cuarto esta mañana con todo, creí que era una pesadilla.

—Entonces estamos teniendo la misma.

—Louis —Eleanor llamó, sostenía unas mallas de ballet negras para hombre y miraba la pequeña etiqueta que colgaba dentro—. ¿Qué talla eres?

Louis frunció el ceño hacia ella.

—¿Quién sabe eso?

—La gente normal, cariño —contestó la chica, entonces se acercó a ellos y extendió las mallas hacia Louis, quien las tomó con disgusto—. Bueno, entonces vas a tener que probártelas.

—Ni de joda — se negó Louis—. Ya me quiero ir, estas están bien.

—Si nos equivocamos tendremos que volver y eso no te gustará —Eleanor replicó.

Louis bufó.

—Bien.

—Mientras, Zayn y yo seguiremos buscando lo que te falta —Eleanor anunció y se sentó a un lado del joven moreno, provocando que este se cohibiera—. ¿Qué color será mejor, azul o gris?

—Cualquiera —respondió Louis con indiferencia.

—Le hablaba a Zayn —aclaró ella, mirando después al tímido chico.

Royal Ballet |Larry|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora