Royal Ballet |Larry|

30

Segunda parte

—¿Harry te dijo algo?

Louis dejó de observar al escenario donde otra de las academias de baile se presentaba para mirar a Eleanor, quien sí mantenía su vista sobre los bailarines en cuestión.

—¿Sobre qué?

—Sobre estar aquí —respondió ella con obviedad.

Sin comprender a lo que su amiga se refería, él frunció el ceño.

—¿Por qué me diría algo?

—Bueno, no sé —Eleanor se encogió de hombros—. Se ve que se han vuelto unidos y se están quedando en la misma habitación, pensé que quizá a ti-bueno, es sólo que él nunca nos platica nada de... ya sabes.

Louis permaneció en silencio.

En realidad, ¿qué sabía él? El adolescente tenía entendido que Harry era originario de Londres, que solía ser un prestigioso bailarín que llegó a bailar en la misma compañía que otros ídolos de la disciplina, que aparentemente tuvo una educación artística privilegiada y que en algún momento ocurrió una desgracia que no le permitió continuar y lo hizo atravesar por momentos "difíciles". Harry apenas mencionaba su pasado, a veces con normalidad, otras veces cargado de nerviosismo y ansiedad latente, pero en cualquiera que fuese el caso, Louis no indagaba mucho al respecto porque no tenía intención de hacer pasar a su novio por una situación incómoda. Así que bien, él sólo tenía eso, piezas de un rompecabezas a las que no les prestaba demasiada atención porque nunca fue bueno en los juegos educativos y porque Harry le pidió que no lo investigara.

La verdad era que Louis tampoco pensaba mucho en ello. Y lo que podría parecer una actitud egoísta hacia el bienestar emocional de su pareja, era sólo la manera en la que él expresaba lo poco que le afectaba de dónde venía; su prioridad era un presente junto a él y, por supuesto, un futuro a su lado. Eso era todo.

Como Eleanor no obtuvo una respuesta, lo miró con incertidumbre.

—Tú... tú sabes, ¿no? —preguntó ella.

No.

—Claro que sé —Louis respondió; antes de agregar, deprisa—. ¿Tú cómo sabes? —frunció el ceño—. Espera, ¿todas ustedes saben?

—Justo ahora creo que todos lo saben. Quiero decir, todos —ella recalcó—, todo el evento... —tomó una breve pausa en la que tomó aire de manera temblorosa—. Y nosotros estamos aquí, a punto de representar a uno de los más grandes íconos del ballet en la ciudad en la que nació. ¿Crees que le esté afectando? Porque creo que yo voy a vomitar.

El bailarín reflexionó la pregunta y se dio cuenta de que era probable que Harry le estuviera ocultando sus emociones. Incluso pensó por fin en que aquel arrebato de enojo del día anterior pudo haber sido el resultado de un estado vulnerable.

—No sé si a él le afecte, pero a mí me acabas de meter presión.

—Lo siento —sinceró Eleanor, después tomó a Louis del brazo en un agarre cariñoso y se recargó en su hombro, volviendo la vista al escenario—. ¿Crees que... podamos preguntarle-?

—No —interrumpió Louis—. Si él no quiere hablar de... eso, entonces no deberíamos presionarlo.

Eleanor resopló y formó una línea recta con sus labios en una mueca. Ambos permanecieron así durante algunos segundos, cada uno demasiado concentrado en sus asuntos internos mientras la música de Giselle llenaba el recinto, entonces la joven volvió a hablar.

—¿Crees que ganemos?

—Claro, ¿por qué no lo haríamos? —él le respondió con seguridad. De hecho, Harry les había mencionado días antes que, como grupo, no buscaban ningún premio o medalla al ser uno de los eventos más duros del ballet competitivo, les dejó en claro que se encontraban ahí "por la experiencia"; pero ciertamente Louis quería ganar, y gracias a las palabras de su amiga, incluso más que antes, así que él no pensaba dudar de sí mismo—. Uh... El... —mencionó después, cuando sintió la mano de Eleanor tomar la suya y la incomodidad se instaló en su pecho—. Me sofocas.