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Parte 2

—¿Tú qué crees que sea?

Como un cristal al romperse, la voz del desconocido uniformado sacó a Louis de su embeleso, quien, en negación, sacudió la cabeza con cierta violencia al conjeturar que sólo perdía tiempo. Sólo entonces, apresurado, Louis buscó a Luke con la mirada, encontrándolo en el lugar asignado desde donde verter el contenido de la cubeta sobre Harry: una plataforma metálica que simulaba un pequeño segundo piso dentro del gimnasio; los entrenadores la ocupaban para "tener una mejor visión" durante los distintos eventos deportivos que Greyhound organizaba, pero todo estudiante estaba seguro de que simplemente era un proyecto inconcluso. Ahí, el reservado chico sostenía el radio de comunicación, observándolo con el semblante ligeramente confundido y su entrecejo fruncido.

Louis supuso que Luke debía estar escuchando al resto del grupo discutir cómo lidiar con su repentina desaparición, e intuyó que lo primordial era deshacerse de él.

—Hey —llamó Louis al chico que permanecía a su lado, con una mano le palmeó el hombro y con la otra señaló con discreción a su rubio amigo—. ¿Ves a ese chico de ahí?, uh... me mandaron a bajarlo, pero cuando se lo pedí amenazó con golpearme y me dijo que... que no recibe órdenes de... la servidumbre —logró inventar y esperó que fuera creíble.

—¿Eso dijo? —le preguntó el desconocido con notable molestia e indignación.

—Lo suavicé un poco, fue muy ofensivo —mintió Louis de nuevo—. ¿Puedes ayudarme con eso?

—Claro que sí —le respondió el chico, zafándose del agarre antes de golpear su puño contra la palma de su otra mano con sequedad. Louis rogó para sí no haberse sobrepasado—. Déjamelo a mí.

—Ah, bien, pero no hagas un escándalo aquí o nos meteremos en problemas.

—De acuerdo —accedió el chico—. Y gracias —añadió antes de comenzar a alejarse.

—Gracias a ti —susurró Louis mientras lo observaba marcharse—. Y... va uno, faltan cuatro.

Liam debía ingresar por la puerta Este del lugar a la que se accedía a través de un largo pasillo dentro del instituto. A pesar de ser la entrada más alejada desde la posición en donde Louis se encontraba, él, primeramente, se dirigió hacia allí con rapidez, pues era también la más cercana a la ubicación de Harry, y estaba seguro de que, en cuanto Liam se percatara de que nada iba de acuerdo al plan y viera al joven profesor de alucinante aspecto, este se volvería el blanco principal.

La música, las risas y el júbilo tornaban fuerza. Parejas bailaban ignorantes al desastre que en cualquier momento podría desencadenarse mientras Louis corría hacia sus improvisados aliados de máscara blanca que rondaban en la zona.

—Oigan —les dijo con la respiración agitada en cuanto llegó, llamando la atención de un pequeño grupo que hacía guardia en la puerta—. Dijo la directora que esta puerta se cierra. Nadie puede entrar ya —declaró, y sin esperar por su respuesta Louis tomó la manija y cerró la entrada—. Y-y además... ¡hay alerta de drogas!, revisen la mochila de los que quieran entrar, por si acaso —improvisó—. Recuerden que hay menores aquí.

Las enmascaradas personas se miraron entre ellas en silencio. Louis no podía verles sus expresiones, por supuesto, pero estaba seguro de que las había desconcertado con sus drásticas palabras; sin embargo, de cualquier forma, no le refutaron nada, así que él esperó que lo hubieran creído y confió ciegamente.

Inquieto, Louis giró sobre sus talones para observar el baile y evaluar la situación, mas, cuando sus ojos atisbaron la entrada principal, sintió su alma abandonarle el cuerpo. Dos personas vestidas de aquel uniforme negro idéntico al que él se despojó acababan de entrar; debido al plan, él sabía que se trataba de Jake y Sylvester, así que comprendió que lo peor estaba por acontecer. Sin embargo, los dos amigos de máscara negra no se movieron de su posición, en cambio, observaban un punto en la distancia que Louis siguió con la mirada, descubriendo entonces la escena de un grupo de chicos llevando fuera del gimnasio a un muy alterado Luke que forcejeaba y disputaba contra ellos. La acalorada situación era oportunamente oculta bajo las pocas luces del lugar, los cómplices de máscara blanca y la estruendosa música del evento. El bailarín volvió a mirar hacia sus dos amigos, y observó cómo Jake -que identificó por el cabello rubio- corrió hacia Luke para apoyarlo, mientras este desaparecía tras la puerta de emergencia.

Royal Ballet |Larry|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora