Epílogo

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Cambios: difíciles, necesarios, inesperados, aterradores, extraños, sanos, emocionantes, voluntarios, conmovedores...dolorosos. La vida estaba repleta de ellos, y durante un mes, se dedicaron a acrecentar hasta rebasar los muros del Instituto Greyhound.

El arribista líder, Sylvester Coldwell, fue expulsado. Su mal expediente, sumado a los hechos de que provocara la cancelación de un partido de futbol y una presentación de ballet, y además atacara públicamente a dos estudiantes el mismo día, finalmente habían sido razones suficientes para ganarle al prestigio y dinero de sus padres. Por supuesto, al no terminar el curso, no se le entregó un certificado de estudios, no incluso cuando Clark Coldwell se ofreció a invertir en las instalaciones de la escuela, y tampoco cuando posteriormente, Marissa Fox amenazó con demandarla. Fue todo un escándalo, Sylvester en verdad había acabado con su privilegiada tolerancia y deshonrado la reputación de su apellido, le costaría la entrada a la universidad, pero tras la humillante opinión pública, ganó, por primera vez, la total atención de sus padres. Los Coldwell no tuvieron opción más que llevarse al menor de sus hijos fuera de Doncaster; en Greyhound se especulaba que Sylvester se había establecido en Londres, donde vivía en la cumbre del privilegio y se relacionaba con gente de renombre, pero quienes lo conocieron de cerca sabían que la realidad debía ser muy diferente. Viviendo siempre a la sombra de su hermano y como el hijo rezagado, Sylvester terminó por destruir su título de la decepción familiar para convertirse en la vergüenza. Sus viejos amigos no tenían contacto con él, no sabían que le sucedía, pero estaban seguros de que no estaba viviendo aquel mundo color rosa que le inventaban.

Los rumores en la escuela también decían que Marie Monroe dejaría la dirección apenas terminara el curso, pues predominaban los disgustos con su administración y mando, aunque como último acto de autoridad logró que todos los miembros de lo que solía ser el reputado grupo problema del instituto firmara una carta compromiso, la cual establecía que una falta más les resultaría en una drástica expulsión, y después del asunto de Sylvester, lucía como una amenaza bastante creíble. De cualquier forma, aquellos jóvenes que juntos eran catalogados por los profesores como la pesadilla estudiantil, ya no interactuaban entre sí.

Jake deambulaba por los pasillos con la misma mala cara de siempre, pero solo; parecía que al perder la facultad de agredir a otros y desde que el resto de los chicos lo evitaban, se había quedado sin personalidad, volviéndose, tristemente, irrelevante. Liam, el antes designado perro de pelea, se volvió a la personalidad de un cachorro temeroso; nadie entendía por qué, nadie sabía que al ver a Louis -aunque a la fuerza- salir del closet, Liam anheló ese tipo de libertad que aseguraba, nunca tendría. Bran daba lástima a la vista, muchas veces quiso acercarse a alguno de los chicos -excepto a Jake-, pero entonces, al último segundo se daba vuelta o cambiaba de dirección, inseguro de cómo pudieran reaccionar; la única que hablaba con él, para disgusto de Bran, era Lía, quien se obstinaba en que mantuvieran una relación romántica. Después del asunto del auditorio, Eleanor rompió total amistad con ella y comenzó a evitar tanto a Brooke como al resto de los chicos -sobre todo a Louis y algunas veces a Luke-, en respuesta a la ansiedad e incomodidad que todos le provocaban, y al pequeño trauma de haberse enamorado de alguien que no pudo negar que le gustaban los hombres. Aunque no estaba sola, Eleanor comenzó a juntarse con Donna, Dasha y Nia, amistades prometedoras, pues ninguna se sentía inferior o superior a ella. Brooke estaba molesta porque sus amigas la dejaron fuera de su vida de un momento a otro, y porque Sylvester -con quien siempre mantuvo una tóxica relación- ya no estaba, pero tenía al equipo de porristas de su lado, así que en realidad nunca se sintió abandonada.

Luke y Zayn comenzaron una relación de manera pública. Toda la escuela se alborotó cuando un día Luke llegó -con un pequeño yeso aún cubriendo su rota nariz- en un Camaro color negro sacado de agencia que sus padres le habían regalado, y del asiento de copiloto salió Zayn usando un saco morado brillante y botas rojas, finalmente mostrando sus colores. Como si eso no hubiera sido lo suficientemente llamativo, Luke le dio la mano y así entraron a la escuela, Zayn con una pequeña sonrisa tímida pero la mirada en alto, y su novio, como siempre, indiferente y con la vista en su teléfono. Luke también llevó una carta a dirección que acreditaba que formaba parte del equipo de futbol profesional Phosmot Dosier, lo que comenzó una serie de procedimientos para liberarlo del equipo estudiantil.

Royal Ballet |Larry|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora