Harry continuaba molesto.
Louis no había esperado que su enojo, cual fuego, se extinguiera de un día para otro, pero tampoco creyó que el asunto fuera para tanto. La clase entera del día fue silenciosa y tensa con un Harry muy exigente que a secas palabras ordenó la repetición de los ejercicios una vez tras otra sin que llegara a estar conforme, o al menos eso aparentó; y por si fuera poco, la actitud del joven entrenador provocó que las chicas también se enfadaran con Louis, pues ninguna le dirigió la palabra en toda la hora, a tal punto que, incluso Eleanor, lo evitó. De cualquier forma, al final, Louis logró sobrevivir a una clase en extremo incómoda y a las malas caras de las jóvenes mujeres.
Algo curioso, era que, a pesar del humor de Harry, este no negó a Louis usar su oficina como vestidor de nuevo; lo recibió sin oposiciones al verlo llegar temprano al aula, y lo aceptó de igual manera después de la clase, cuando Louis se adentró a la pequeña habitación con intención de vestirse con su ropa habitual.
Louis salía mientras se acomodaba correctamente la maleta al hombro. El salón se encontraba silencioso, y a excepción por él y el joven adulto, vacío. Harry, que aún vestía su ropa deportiva para dar clase, estaba a poca distancia de Louis, dándole la espalda. Para llegar a la puerta Louis debía pasar por su lado, por lo cual, él aseguraba, la tensión incrementaría durante un mísero momento antes de que lograra salir. Sin embargo, justo cuando se dispuso a hacerlo y estuvo a la altura de Harry, este murmuró un insulto para sí mismo, sorprendiendo al menor de los dos. Al mirarlo, Louis se dio cuenta de que Harry no le prestaba la más mínima atención, sus ojos verdes en una preocupada expresión se concentraban en la pantalla del celular entre sus manos.
Louis jamás había escuchado insultar a Harry, así que ese pequeño "mierda" lo congeló por un instante, suficiente para que el entrenador advirtiera su cercanía. Harry le dedicó una rápida mirada de reojo antes de regresar al aparato y comenzar a teclear con ansia, y Louis se sintió con el absurdo compromiso de preguntarle qué le ocurría. Así lo hizo.
— ¿Está...todo bien? —preguntó Louis, aunque era claro que no lo estaba.
—S-sí...sí —respondió Harry distraídamente—. Digo...no, bueno... es sólo que la niñera acaba de cancelarme —susurró a modo de explicación.
Automáticamente, a la mente de Louis llegó el nombre "Cassie", que había leído en el calendario de la oficina días anteriores, persona de la cual aún no sabía nada, ni siquiera qué tipo de parentesco tenía con Harry.
—Oh. ¿La niñera de...Cassie? —Louis se aventuró a preguntar.
Con bastante naturalidad hacia la pregunta, Harry resopló pesadamente y dejó su teléfono sobre la pequeña mesa en la que la laptop reposaba.
—Sí, tengo una junta en veinte minutos y me lo dice justo ahora, ¿dónde se supone que consiga otra niñera? —soltó con frustración, su pie comenzó a moverse de arriba a abajo ansiosamente—. ¿Cómo puede cancelar así, quién hace eso? —preguntó para sí mismo.
Ambos permanecieron en silencio durante algunos segundos. La mente de Harry dedicada a buscar posibles soluciones, la de Louis en un conflicto en el que terminó por ganar su simpatía -y quizá la culpa asomándose por haber arruinado el cartel del baile-.
—Yo...yo puedo cuidarla.
Apenas terminó de decirlo, Louis se arrepintió de su ofrecimiento, pero no se retractó. Por otro lado, Harry lo miró con indisimulada sorpresa, casi sin creer lo que acababa de escuchar, y negó rápidamente -quizá demasiado- con la cabeza.
—N-no, no, no te preocupes —declinó Harry—. Ya se me ocurrirá algo, puedo trae-no, no puedo traerla —se interrumpió a sí mismo—. Bueno faltaré, seguro no es importante, sólo es la... —frunció el ceño—, tercera junta a la que falto...
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Royal Ballet |Larry|
RomanceCuando Louis Tomlinson es accidentalmente inscrito en la academia de ballet de su instituto, se ve obligado a desarrollar una red de mentiras y falsedades para salvaguardar el prestigio que tantos esfuerzos le costó ganarse dentro de la valiosa pirá...