Final

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Harry no había llorado en la última hora, desde que entró en estado de shock. Nadie logró convencerlo de que entrara en alguno de los autos policiales para resguardarse, él simplemente tomó lugar en el piso fuera del estacionamiento, por lo que los oficiales tuvieron que restringir también la zona a su alrededor, evitando así que personas curiosas, insensibles reporteros, o incluso el personal académico del "Instituto Educativo Infantil Beycley" pudiera acercársele, aunque no era que estos últimos tuvieran agallas suficientes para hacerlo. En algún momento, lo único que las autoridades permitieron fue que una mujer, madre de dos niños que también viajaban en el autobús, se acercara a él para cubrirle espalda y hombros con una manta. Harry no le agradeció, de hecho, parecía que ni siquiera la había advertido.

Louis estaba sentado a su lado, acompañando a ese perturbado e inmóvil Harry que sólo daba indicios de vida al parpadear. A veces, el viento desacomodaba la manta del joven, retirándola de uno de sus hombros, y como él no hacía nada al respecto era Louis quien volvía a posicionársela en su lugar.

Louis suspiró débilmente, pues el agotamiento mental que cargaba era espantoso, sucumbía ante el estrés de los eventos de días anteriores, al dolor de su pérdida y al tormento de ver a la persona que más amaba, sufrir en algún recóndito lugar de su mente. Se volvió hacia Harry, observándolo durante algunos segundos, y luego, como el cabello del chico le ocultaba parte del rostro, dirigió una de sus manos a colocárselo detrás de la oreja, para después tocarle con el dorso la descolorida mejilla y encontrarla fría. Louis retiró su mano con preocupación, sin dudar se sacó la chaqueta que llevaba puesta e hincándose la colocó sobre los muslos de Hary. Una vez más Harry no dijo nada, aunque no era como si Louis hubiera esperado una respuesta.

Pocos minutos después Niall llegó al lugar, pues momentos atrás Louis lo había llamado desde el teléfono de Harry, y como pudo, explicado la situación. No era una noticia fácil de comunicar, ni siquiera sintió apropiado hacerlo por teléfono, pero Louis no pudo permitir que Niall llegara sin saber con lo que se iba a encontrar, además de que no sabía qué hacer y necesitaba ayuda con Harry. La respuesta del entrenador había sido, primeramente, un largo silencio, y luego una incredulidad llena de preguntas a voz temblorosa. Cuando Louis por fin lo vio en persona, seguido por un decaído Ethan Mattews, se dio cuenta por sus ojos enrojecidos que había derramado lágrimas. Sin embargo, el comportamiento de ambos hombres fue seguro desde el principio, firme y directo para dar inicio al protocolo del fallecimiento de un ser querido. Casi frío, casi invulnerable, casi burocrático.

Louis se puso de pie en cuanto observó a los adultos acercarse con rapidez, Niall lo pasó de largo para ir directo con Harry, pero Ethan se mantuvo junto a él, dándole un apretón en el hombro a modo de apoyo y dejando después su mano reposando ahí. Louis no lo apartó, tenía su atención enfocada en el joven del cual estaba enamorado, pues en el momento en que Harry vio a Niall, renació en dolorosas lágrimas y bajos sollozos, mostrándose, insólitamente, pequeño.

—Ven, ven aquí —susurró Niall con tristeza al agacharse en cuclillas, tomando en un abrazo a su mejor amigo—. Lo lamento tanto...

Era la segunda vez que ellos pasaban por algo así, una desgarradora repetición de infortunios que recaían una vez más, en el primogénito -y ahora único- de los Styles.

Harry hipó, aferrándose a los hombros de Niall. Su visión estaba nublada por las lágrimas y el cabello le caía sobre la cara, pegándosele a las mejillas por la humedad.

—N-no es justo —susurró él titubeante, aunque los tres chicos a su alrededor lo escucharon con claridad.

—Lo sé —respondió Niall con la mandíbula tensa, reteniendo las lágrimas que amenazaban con salir de nuevo.

Royal Ballet |Larry|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora