—¿Tienes vértigo, Chifuyu? —Me preguntó en un murmullo grave, cerca de mi oído. Yo me estremecí.
El edificio estaba en completo silencio, o tal vez era yo que no le estaba prestando atención a los ruidos exteriores, no podía concentrarme en otra cosa que no sean las uñas largas y puntiagudas de Baji clavándose en la piel de mi brazo derecho como agujas gruesas.
Mis quejidos eran fuertes, pues me dolía, sentía que estaba a punto de perforarme la carne, otra vez. Mi cuerpo estaba arqueandose contra el suyo, retorciéndose entre jadeos y manotazos involuntarios. Mis piernas escalaban las de Baji, como si buscasen trepar para poder escapar de sus sucias garras; y mi brazo libre estaba pegado a él, igual que mi pecho y parte del torso al suyo; mi mano aferrada a su hombro, a veces clavava mis dedos en él a causa del dolor.
No miento al decir que a veces aún me cuestiono por qué.
¿Por qué a mi?
¿Por qué las desgracias siempre vienen a mi?
En ningún momento le ruego que pare, y eso parece molestarle, porque sus uñas se clavan en mi brazo con más fuerza al mismo tiempo que suelta un gruñido. No fueron mis dedos los que se clavaron en su hombro esta vez, sino mis dientes. Baji se sobresalta ante eso y me hace apartarme con un movimiento brusco que casi me cuesta la mandíbula, sin embargo, sus uñas siguen enterradas en mi piel, llegando peligrosamente cerca de la carne.
Mis ojos se nublan cuando alzo la vista y me topo con la mirada de Baji que nunca puedo descifrar. Me está juzgando, siento que me está juzgando; pero realmente creo que solo está buscando una justificación a todas mis acciones que él no comprende.
Sus garras llegan a mi carne, y ahí es cuando –en otro movimiento involuntario– apoyo mi frente con brusquedad en su hombro, soltando un quejido de dolor que vino acompañado de unas cuantas lágrimas que estaba tratando de ocultar.
Jamás voy a satisfacer a Baji.
O eso espero.
Sus uñas se retiran de mi piel sin ningún cuidado, pero Baji no me hace apartarme de su cuerpo cuando me llevo el brazo al pecho para apretarlo en busca de saciar el dolor.
—Así me gusta —Se ríe con sorna.
«Maldito sádico de mierda»
—Contesta mi pregunta, Angelito. ¿Tienes vértigo? —Insite. Su tono de voz es demasiado relajado para casi haberme arrancado medio brazo.
No le contesto. No pienso hacerlo. Porque no quiero y porque no puedo.
Mi respiración está demasiado agitada como para armar una oración, y sumándole que estoy por ahogarme con mi propia saliva y mocos, no puedo decir ni 'a'.
Mi cuerpo queda tirado en el suelo junto al charco de sangre que se está formando cuando Baji se teletransporta al sofá. Se acuesta en él de manera relajada, completamente satisfecho, mientras yo me desangro en medio del pasillo.
«Denme paciencia... y resistencia.»
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Your Demon, My Angel {Bajifuyu}
Fanfiction« Al fin y al cabo, los demonios son ángeles desterrados al infierno » 𓃵Baji Keisuke × Chifuyu Matsuno (TR) 𓃵BoysLove 𓃵Se toca el tema de la tortura, igual no muy en exceso