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Desde la aparición de Mikey, Baji se estuvo comportando extraño.

Realmente Baji siempre fue un ser extraño, porque era desconocido para , pero ahora que lo conocía (suponía yo) se me hacía raro que su comportamiento cambiara a uno más brusco e irritante.

Escuché un susurro que me dijo "Te encontré" y seguido de eso una mano tomó mi tobillo descalzo y tiró de él hacia atrás, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera de bruces contra el suelo. Me golpeé del mismo lado que aún se notaba la cicatriz de quemadura en mi mandíbula, la que Baji me había hecho días atrás.

Intenté aferrar mis dedos al suelo para no ser arrastrado, pero al ser cerámica no me servía de nada, eran intentos en vano.

No grité, pero estaba asustado.

Ni siquiera cuando esa mano cerrada en mi tobillo me arrastró por todo el pasillo hasta la oscura cocina, con agilidad, y me dejó chocar brutamente contra los muebles de abajo del lavabo.

Me dolía la espalda...

Mi cabeza dio un par de vueltas hasta que mis ojos enfocaron una figura sombría frente a mi, que próximamente me clavó los dientes en el cuello. Sostuvo mis muñecas con sus manos y mis piernas con las suyas. Me sacó el aire.

»A Baji no le gustaría esto« Fue lo primero que pensé cuando Mikey atacó mi cuello como animal nuevo.

»¿Acaso te tardaste mucho, Baji-San, y por eso mandaron a otro demonio a matarme? Desde su llegada hubo algo en él que no me cuadró, pero no quise juzgar porque dijiste que es tu amigo«

Intenté alejarme como pude instintivamente al sentir dolor; a manotazos, patadas, lo que sea. Pero mis manos y piernas estaban inmovilizadas.

Todo estaba bien (en realidad no) hasta que mis murmullos de dolor tuvieron un aumento de volumen y comencé a golpear mi espalda contra el mueble detrás mío para alejarme de él, aunque fuese imposible.

Pensé que Baji aparecería al instante cuando notara algo raro en el ambiente, pero no lo hizo hasta dentro de largos y tortuosos segundos de sufrimiento.

O eso creí yo.

Mis ojos se abrieron con sorpresa, que realmente nunca tuvo que estar ahí, cuando el ser que apareció por la puerta de la oscura cocina fue Mikey, y no Baji.

»Debí saberlo«

»Debí saber que nunca tuve que confiar en ti«

»Aunque hubiera sido inútil, porque igual lo hubiera hecho«

En el instante que la expresión de Mikey tomó una de sorpresa leve, Baji me clavó los colmillos más fuerte en el cuello y yo dejé de gritar y patalear.

Porque ya no había nadie que pudiera protegerme.

Baji desde un principio me advirtió de la bestia despiadada que era, desde el día cero, yo me acuerdo. Pero a mi me entró por una oreja y me salió por la otra. Y por eso es que terminamos en esa situación. No me malinterpreten, seguramente Baji me hubiera clavado los colmillos en el cuello de todas formas, pero el haberlo hecho, el haber confiado en él a pesar de saber sus intensiones conmigo, lo hacía aún más doloroso.

Your Demon, My Angel {Bajifuyu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora