«Parecemos Roommates» Me dije mentalmente cuando Baji irrumpió en mi cuarto de la nada y me despertó de mi sueño.
—Chifuyu.
—¿Hm?
—Levantate, son las tres de la cuatro y-
—Aún tengo sueño —Me quejé y removí sobre las sábanas de mi cama.
—Bueno, como quieras —No lo vi, pero supe que se había encogido de hombros por el tono en el que habló— El gato meó en la cocina.
Esperé unos segundos a que Baji se alejara de mi habitación y grité en frustración contra la almohada, maldiciendo mentalmente en todos los idiomas tener que levantarme "temprano" un sábado y para limpiar meo de gato.
Que olor debía de haber ahí.
No me equivocaba, el olor era horrible. Ni siquiera los propios gatos querían entrar a la cocina, sea por eso o porque sabían que se habían mandado una. Y para colmo Baji no pensaba ayudarme, de hecho, estaba tranquilo en la sala jugando con los felinos.
Mientras limpiaba con guantes y un broche en la nariz el gran charco amarillo que había en el suelo blanco de la cocina, a veces mis ojos se movían por sí solos y paraban en la persona de aura oscura. Sentía que estar con aquellos gatos le traía recuerdos lindos y no lindos, nostalgia; lo podía ver en sus expresiones escasas de sentimientos pero en sus movimientos llenos de ellos. Si te fijabas en la forma que tenía de acariciar a los felinos te dabas cuenta, sabía exactamente dónde les gustaba que los acariciasen o qué partes no debía tocar, como sus colas o patas; él no era ningún tonto, estaba informado.
Cuando alguien me cuenta alguna situación que vivió o leo alguna en mis mangas, siempre me pongo a pensar qué hubiera hecho yo en su lugar, cómo me hubiera sentido. Y es extraño imaginarme en la vida eterna siendo un demonio e hijo de Satanás, tan macabro y sádico como ninguno. Pero cuando las cosas se ponen complicadas dejo de pensar en ello, y ahí es cuando me doy cuenta de lo dura que es la vida también para Baji, un ser distinto a mi, a nosotros.
No podemos decir "Te entiendo" sin haberlo sentido. Pero yo realmente de alguna manera lo comprendía.
Terminé de trapear el piso y dejé con el palo el trapo que había utilizado en el balde. Antes de quitarme el broche de la nariz tiré una cantidad exagerada pero necesaria de perfume en la cocina, para luego salir de ella.
Miré por la ventana de la sala –la que llevaba al pequeño balcón– y noté que el sol ya estaba cayendo.
—Baji-San, vamos a salir a la tienda de mascotas a por alimento para los gatos —Le avisé y me encaminé hasta mi pieza— Aguantame ahí que me cambio.
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Your Demon, My Angel {Bajifuyu}
Fanfiction« Al fin y al cabo, los demonios son ángeles desterrados al infierno » 𓃵Baji Keisuke × Chifuyu Matsuno (TR) 𓃵BoysLove 𓃵Se toca el tema de la tortura, igual no muy en exceso