17 / 10 / 05

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La noche anterior había sido genial para ambos. Llena de sentimientos que me generaban nostalgia y satisfacción, y acciones que me hicieron recordar mis viejos tiempos como miembro de la Toman (lo cual seguía siendo, solo que, al estar esta tan inactiva, ya ni reuniones hacíamos).

Fue divertido, incluso los gatos ayer pudieron comer felices, pero no todo es color de rosas como algunos lo pintan.

No, no, no, no —Gruñí revolviendo cada mísera cosa en las alacenas. Solté un suspiro de resignación y cerré la puertilla antes de apoyarme en el mármol de la mesada— No está.

¿Pero eres tonto? ¿Cómo puedes haber perdido una bolsa de comida para gatos, sabiendo lo que pesa eso a pesar de ser pequeña? —Baji me recriminó desde una esquina de la cocina. Yo gruñí.

Se me debe de haber caído cuando nos escondimos en el callejón —Me solté de la mesada y me giré hasta Baji— ¿Puedes ir a ver si está ahí? Vas más rápido porque tienes alas y además nadie te va a ver, si voy yo tengo que ir de noche y todo tapado, y seguro nos siguen buscando.

¿A ti no te parecería raro ver una bolsa de alimento balanceado volar? No sé, yo solo digo.

Le bufé por lo bajo, hoy mi humor estaba por el subsuelo.

¿Puedes ir a fijarte o no?. No es por mi, eh, es por los gatos. Son ellos los que se quedan sin comer, no yo. Es rápido, tú puedes esfumarte y aparecer donde se te de la regalada gana, dale. Copate.

Baji terminó por rodar los ojos y despegar su cuerpo de la mesada.

Bueno, me voy a fijar. Pero si no encuentro nada ya es problema tuyo, tú tenías las bolsas.

Sí, sí, ya escuché. Ve a fijarte.

Lo último que sentí antes de que la presencia de Baji se esfumara fue la sensación de una llamarada quemandome la espalda. Salté a un costado del susto y el dolor, chasqueando la lengua realmente frustrado al darme cuenta (o mejor dicho: al haber recordado) que mi vida seguía estando a punto de acabarse. Mis días seguían estando contados. Y yo seguía conviviendo con mi futuro asesino.

Por alguna razón que en realidad conocía, el pesar me cayó encima.

«¿Por qué...?»

—¿Ya vas a salir?

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¿Ya vas a salir?

Me preguntó Baji al ver cómo me calzaba las zapatillas en la entrada.

Cuando él regresó hace un par de horas me dijo que no había visto nada, pero que había un par de cosas en una esquina que no pudo tocar porque justo estaba pasando un camión recolector y se llevó lo que había en el contenedor. Así que ahora me estaba preparando para ir y verificar que realmente la bolsa de alimento balanceado no se me hubiera caído ahí.

Your Demon, My Angel {Bajifuyu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora