Your Demon, My Angel {Bajifuyu}

Your Demon, My Angel

Chifuyu cerró el libro de tapa dura que estaba sobre su regazo una vez terminó de leer. Sonrió a la nada y luego enfocó su vista en el bicolor que estaba caminando hacia él.

—¿Otra vez leyendo eso? Creo que es la decimocuarta vez que te veo cerrar ese libro —Kazutora tomó asiento a un lado suyo, en las escaleras del edificio donde 12 años atrás vivía Chifuyu y también Baji.

—¿Sí? Yo creo que lo he leído más veces todavía.

—De eso estoy seguro —Bufó— ¿Pero por qué te gusta leer eso y sufrir?

—Ya no sufro, Tora —Le sonrió— Sólo recuerdo. Además, tú también lo leíste y lloraste.

—¡Deja de especular eso! ¡Fue solo una vez! Tú has llorado muchas más y eso que está escrito por tu propia mano.

—Es el libro de mi vida, Kazutora. Cuenta lo que pasé años atrás solo que de una forma muy alterada. Por supuesto que iba a llorar tanto escribiéndolo como leyéndolo.

—¿Y no te cansas de leer siempre lo mismo?

—Fuimos un cuento corto que leeré mil veces —Volvió a sonreír— No podría cansarme de leer sobre Baji, aún si lo escribí yo y nunca fuimos novios. Ni siquiera sé si él me veía de la misma manera que yo.

—¿Y por qué te aferras a esos recuerdos si son tristes? No lo comprendo.

—A las personas no les gusta recordar las cosas trsites, ¿Sabes?. Fue una muerte, una perdida, pero fue una cosa triste de todas las felices que viví con él. Incluso cuando se pasó al walhalla yo no lo sentí como una traición ni mucho menos, porque sabía que él no haría tal cosa y que tenía un plan.

—En tu libro no agregaste eso, al menos no que yo recuerde —Recargó sus codos en los escalones de atrás.

—Bueno, no exactamente así, le hice algunos cambios. Baji me ocultó cosas desde ese día hasta el final, aunque luego muchas de ellas fueron reveladas. Y en mi libro sucede lo mismo pero con otro tema.

—Ye veo... y, oye, hablando del libro —Se rió sin gracia— ¿Por qué me tienes como el friendzonado de la historia? —Chasqueó la lengua, falsamente ofendido.

—Porque lo estás, Tora —Se rió, pasando la yema de sus dedos sobre la tapa dura y oscura del libro sobre su regazo. Sus ojos brillaban siempre que la miraba y recordaba los buenos momentos que vivió con Baji.

Kazutora suspiró antes de recargar su frente en la sien de Chifuyu. Le acarició la nuca con cariño, restregandose levemente contra él.

—No me gustas, Chifuyu. Tengo prohibido amarte —Dijo— Siento que le estoy quitando a Baji todo lo que ama, lo que es importante para él...

—Kazutora —Lo hizo apartarse de él para mirarlo a los ojos. Su mirada era dura, la del otro era dolida— No es tu culpa. Nunca lo fue. Baji murió porque quiso morir, tenía sus razones, no porque lo hayas acuchillado tú.

—Lo sé...

—¿Lo sabes?

—Tal vez...

—No dejes que su muerte sea un impedimento para hacer algunas cosas, Tora.

—¿Entonces por qué tú te resignas a leer ese libro y no buscas a alguien que haga latir tu corazón como alguna vez lo hizo Baji?

—Porque yo ya encontré al amor de mi vida —Dijo con serenidad. Esas charlas venían cada vez que terminaba de leer el libro de su historia— Y lo perdí.

Kazutora quiso decir algo, pero terminó por cerrar la boca y pasar un brazo por los hombros de Chifuyu para atraerlo hacia él.

—Se conocieron en las vidas equivocadas, Chifuyu.